miércoles, 12 de octubre de 2011

Judiones con bacalao

Aulas y patios

Tras el aparente vacío la vida fluye.
Pasó el verano (¡hace ya tanto tiempo!), el viaje a Francia está almacenado en el rincón de recuerdos (¡qué susto cuando no encontraba las fotos en el ordenador! ¡qué disgusto el día que perdí la libretita con todas las anotaciones que hice durante el viaje!).
El cole comenzó, es verdad. También el otoño, pero esto es mentira, porque el clima se niega a confirmarlo. Las rutinas, sin cambios aparentes, sólo aparentes.
Mis niñas están más grandes, yo trabajo cerca de casa esta vez y tengo nuevos alumnos.
Alumnos que dan un poco de miedo al principio, pero que a estas alturas de mes ya no. Con sus 12 ó 17 años son proyectos de persona apasionantes, que siempre te asombran.
Los de 12 llegan del cole con cara de susto y de ilusión. Se les pasa, el susto, en una semana. Tranquilos padres preocupados, el niño/a se adapta muy bien. Ya charla y charla hasta cuando no debe. La ilusión la conservarán el tiempo suficiente, irá decayendo y reverdecerá con los cambios constantes que se produzcan en sus vidas.
Los de 17 comienzan etapa nueva. Son ya de bachillerato. ¡Qué mayores! Pues yo veo timidez, cuando preguntan en clase, cuando saludan por la calle, cuando no tienen la tarea que se les ha pedido, cuando se les manda callar.
Cuando lloran en el patio la muerte de un compañero que fue atropellado al cruzar la calle cuando iba a clase.
Tres minutos de silencio ensordecedor. Sólo las gaviotas.
Estamos empezando.
Pero es que este año tengo unos niños de 12 años que son "especiales". Algunos no son capaces de escribir de forma inteligible. Todas las frases de su libro les parecen escritas en chino. Intentas explicar y ellos entender, pero no lo consiguen.
No, no son extranjeros. Son de aquí. Con dificultades sin tratar, con familias que no les han atendido, o que se empeñan en no ver que su hijo necesita un tratamiento especial. Estar con los mismos compañeros y el mismo libro no hará desaparecer el problema. Y mientras, el niño sufre. Y los consejos de los profesores no son escuchados.
Y la vida sigue.

Ingredientes
  • Un bote de judiones cocidos
  • Una cebolla pequeña
  • Un pimiento asado
  • Un diente de ajo picadito
  • Una bandeja de bacalao desalado
  • Caldo de pescado
  • Pimentón dulce

¿Cómo se hace?
Es tan facilito que casi me da reparo ponerlo. Pero queda tan bien, tan rico y es sano y nutritivo...
Pues picamos la cebolla y la ponemos a sofreír en una cazuela con un chorrito de aceite.
Añadimos el ajo picadito cuando la cebolla empieza a estar transparente.
Después el pimiento asado que estará en tiritas finas. Yo siempre los aso en casa y los tengo congelados,  pero también queda bien con los envasados comerciales.
Después añadimos el bacalao desalado. Si viene en trozos grandes, partirlo en trocitos pequeños.
A fuego más bien vivo dejar que se evapore toda el agua.
Añadimos pimentón dulce (una cucharadita más  menos), y sin dejar que se queme ponemos los judiones. Dejamos que coja color y añadimos un vaso de caldo. Si tenéis casero, fenomenal. Si no pues el que viene envasado nos saca del apuro.
Dejamos que los sabores se mezclen y a comer. Humeante y calentito.
Aunque igual es mejor dejarlo para cuando de verdad llegue el otoño.

8 comentarios:

zer0gluten dijo...

No sabía que eras profesora. Me parece una profesión apasionante, pero dura, sobre todo cuando tratas con niños de las edades que cuentas.
Mis hijos aún son pequeños, pero como madre muchas noches pienso en la adolescencia y sufro. Me alegra saber que serán proyectos de personas apasionantes. Espero que los cimientos que estamos poniendo ahora sostengan con suficiente fuerza los edificios que llegarán a ser.
Tu receta es fabulosa. Me encanta.
Besos.

Esperanza dijo...

No sé si dura, pero sí difícil. Mucho más de lo que algunos de nuestros políticos intentan hacer creer a la población. Sólo hay que ponerse un día delante de 25 pares de ojos que te miran pensando ¿Y tú qué nos vas a contar a nosotros?
Después de los ojos están las bocas que a veces te dan las gracias con un ¡Hola profe!
Todo el mundo recuerda a sus buenos y malos profesores, aunque hayan pasado muchos años.
La adolescencia es un periodo complicado, pero no hay que sufrir antes de tiempo. Ya sé que es muy fácil decirlo. Yo tengo a una peque a punto de estrenar esta etapa. Y tranquila no estoy. Pero es la vida.
Un beso muy grande.

k dijo...

Qué rico y qué fácil! Esta la haré fijo. Cuando venga el frío (¿vendrá?)

Yo veo a los niños que hay dentro de mis alumnos de más de 20, no te digo más.

Esperanza dijo...

El frío vendrá. Yo lo echo de menos. El calor no me sienta bien.
A veces los niños que llevamos dentro están bien escondidos. Otras veces no. No depende de la edad.

Besos y que aproveche. Rico, rico...

Mezquita dijo...

Hola querida.... que bueno volver a leerte.....
No tengo experiencia dando clase, pero este año, justo antes del verano, me invitaron a un cole a dar un taller de cocina... y me lo pasé tan bien... Eran niños de 12 años, y a ellos no sé, pero a mi me supo a poco. Me habría quedado el día entero con ellos escuchándoles razonar... Que gozada!!
Los judiones me vienen estupendamente, que son sanísimos y muy buenos para el colesterol.

Te echaba de menos.
Un besote.
Lau.

Esperanza dijo...

Yo miro blogs, cuando tengo tiempo. Muchos no son de cocina. Están más relacionados con el trabajo. Pero cuando uno se mete en la red no sabe dónde le va a llevar. Así que a veces se me va el dedo y miro los blogcocineriles. No comento casi nunca. Por que no me quiero entretener demasiado. Así que cuando comentáis el mío lo agradezco un montón.
Yo también echo de menos andar más por aquí. Pero es que me siento culpable si me meto a redactar.
Un beso muy fuerte y estoy deseando tener un puente para hacer tus galletas francesas ;-)

Trini Altea dijo...

Guaaaaaaaau!!

Que hermosos, me encantan.

Quiero entregarte un premio el Indalo de Bronce.Aquí te dejo el enlace para que lo recojas.

http://cocina-trini.blogspot.com/2010/11/premio_26.html

Esperanza dijo...

Hola Trini: he ido al enlace que me dejas y he podido ver, gracias a todos tus blogs, cómo eres y cómo es tu familia. Se respira tranquilidad y buen ambiente al irlos ojeando.
Lo del premio me deja un poco desconcertada. Te lo agradezco mucho, pero no sé lo que significa ni porqué lo recibo (inmerecido seguro).
Cuando yo escribo aquí o pongo una receta no tengo más que motivos egoístas. Lo hago porque me gusta y lo utilizo como válvula de escape a mi rutina. No pretendo hacer divulgación de cocina ni tener muchos seguidores. Sólo cuento las tonterías que se me ocurren y últimamente ni eso, porque no tengo tiempo ni para respirar.
Agradezco el premio pero no sé qué más hacer. Así que creo que voy a dejarlo así.
Un beso y hasta cuando quieras.