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domingo, 18 de noviembre de 2012

Chocolate a la taza con cacao puro Valor






Podría haber llamado a esta receta "Vaya suerte que tengo"

Tarde de otoño, en casa. Todos con sus tareas.

Hemos hecho chocolate. Apetecía algo dulce. 
No podemos hacer Banoffe, porque aún estamos comiendo las tartaletas de chocolate de la semana pasada.
Y no había chocolate de hacer porque estaba caducado
Probamos con el cacao puro valor y resultó espectacular. Así que añadimos unos churritos. 
Y a seguir cada uno con sus tareas. 
La tarde dulce y tranquila.

Ingredientes
  • 2 cucharadas de cacao puro valor
  • 2 cucharadas de azúcar
  • 1 vaso de leche entera
  • 3/4 de vaso de nata líquida
  • 1 cucharada de maicena

¿Cómo lo hago?
Ponemos casi toda la  leche en un cazo, con el azúcar.
En el resto de la leche ponemos la maicena y la mezclamos bien.
Añadimos el cacao sobre la leche que está calentándose. Después la maicena disuelta en la leche.
Removemos sin parar mientras se calienta. 
Cuando espese vamos añadiendo la nata. Si te gusta más espeso pon menos nata. Para nosotras ha quedado con el espesor justo con estos 3/4 de vaso.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Arroz meloso de alcachofas


Lista de tareas:
 Al fin y al cabo no tengo nada que hacer.

Me gusta leer, viajar, estar con mis hijas, ver una buena película, escuchar la risa de mi sobrino, mirar por la ventana y ver el paisaje, sentarme tranquilamente y tomar un café, hablar con mis hermanos, estar con la familia, escribir en mi blog...
Y la verdad es que hago poco de todo eso.
Hago piruetas para llegar a todas partes

A veces la velocidad me hace ver borrosas las cosas y las personas
O veo todo del revés y no me oriento


A pesar de las carreras el orden en mi casa es un desastre

A veces me siento así


















































Por eso y sólo por eso hace meses que no vengo por aquí.
Estoy contenta de estar de vuelta.

Ingredientes:
  1. 4 alcachofas hermosas
  2. 1 cebolleta pequeña
  3. Un paquetito de jamón en daditos pequeños
  4. o unas lonchas de un buen jamón partido en trocitos
  5. 3 puñados de arroz bomba
  6. 1/2 vaso de vino dulce
  7. Caldo de carne
  8. Pimentón dulce. 1/2 cucharadita.
  9. Aceite de oliva virgen

¿Cómo se hace?

  • Pochamos suavemente la cebolleta cortada finita hasta que esté transparente.
  • En otra sartén salteamos las alcachofas ya limpias y cortadas en trocitos pequeños. Añadimos esto sobre la cebolla pochada. Lo hago así porque la cebolla y las alcachofas tienen distinto ritmo y no quiero que ninguna de las dos se pase demasiado o se quede cruda.
  • A continuación pongo el jamón y le doy un golpe de calor.
  • Añado el pimentón y enseguida...
  • Añado el arroz y lo remuevo para que se impregne del aceite.
  • Ahora el vino dulce. Remuevo un par de veces.
  • Ahora añadimos el caldo. La cantidad la voy añadiendo a medida que lo va absorbiendo el arroz.
  • Dejo que se vaya cocinando a fuego medio y voy removiendo y añadiendo caldo varias veces.
  • No pongo sal porque el caldo y el jamón aportan suficiente.
  • Si gusta (a mí sí) se puede añadir un poco de queso rallado tipo parmesano poco antes de terminar la cocción.
  • Me gusta cremoso y caldosito.

jueves, 12 de enero de 2012

Merluza en salsa



Pequeñas violencias cotidianas

El respeto es algo vital. 
Es una palabra anticuada, y que suena a "debes respetar a los mayores", por ser mayores sin más.
No. Me refiero al respeto que toda persona debe ofrecer y obtener de los demás, sólo porque somos personas.

Es una idea que siempre tengo presente, pero lo que me empuja a escribir hoy es algo que ocurrió en la fila del cole.
Niños y niñas de 7 años. Una niña corre para alcanzar su puesto en la fila, detrás de sus amigas. Dos niños vienen desde lejos a intentar ganarle. Les gusta siempre ser los primeros.
La niña gana. Uno de los niños, grandullón, llega con fuerza y empuja. La niña casi se cae. El grandullón se queja:
-Teníamos que ser los primeros. En cuanto se mueva (la niña) le quitamos el sitio.
-Pero tiene ahí su mochila- dice el otro niño.
-No. La tiene un poco fuera de la fila.
La madre de la niña advierte. 
-Un poco de cuidado, que si venís corriendo, podéis hacer caer a los demás.
El grandullón no se corta.
-Yo puedo venir como quiera.
La madre de la niña, mosqueada.
- Eso depende de si afecta a los demás o no.

Parece una anécdota sin importancia, pero si a esto sumamos otras actitudes parecidas, empujones, burlas, contestaciones, desobediencias y malas caras a los padres...veo en este niño un ejemplo de cómo crece en una persona la falta de respeto.

Queremos ser los primeros. Para eso hemos de empujar a los demás. Yo puedo hacer lo que quiera. Tú no me puedes corregir ni decirme cómo tengo que hacer las cosas. O peleas conmigo o tus derechos no existen. En cuanto te des la vuelta te quito lo que tenías. No me digas nada porque soy un tío fortachón y tú una niñita enclenque.

A mí me suenan mucho estas frases y actitudes. 

Y estas otras también:
- Tú no sabes, yo te digo cómo se hace.
- Eso que llevas no me gusta, ponte esto otro.
- Deberías teñirte el pelo, tienes muchas canas.
- Pues sí que tenías que decirle cosas a tu amiga. Lleváis media hora hablando.
- ¿A dónde vas? ¿Con quién? Pues tienes cosas que hacer en casa.
- Coloca esto, tráeme aquello, dame lo de más allá...
- Está todo hecho un asco, si todavía tendré que limpiar yo...
- Lo que haces tú en todo el día, lo hacía yo en media hora.
...
Si colocamos esto en boca de un hombre y se dirige a una mujer, la situación es peligrosa. Es machismo, sí, pero sobre todo es falta de respeto.

Por eso voy a advertir desde aquí al grandullón. 
-Como te acerques a la peque, te voy a pintar un Bob Esponja en la cara con tinta permanente. Abusón.

Feliz Año Nuevo. Reivindicativo.

Ingredientes
  • 4 medallones de merluza
  • 1 diente de ajo
  • 1 rebanada de pan
  • Aceite oliva virgen
  • Pimentón
  • 4 cucharadas de vinagre
  • Harina
  • Guisantes
  • Caldo de pescado
  • Sal (y pimienta si se quiere)
  • Patatas para acompañar

¿Cómo se hace?

En una sartén ponemos un chorrito de aceite, suficiente para freír el ajo y el pan partidos en trocitos. Sin que se quemen. Antes de sacarlos del aceite le añadimos un poco de pimentón y lo retiramos del fuego.
Sacamos el ajo y el pan a un mortero, con un poco de su aceite con pimentón.
Machacamos.
En otra sartén ponemos un chorrito de aceite en el que pasaremos ligeramente los medallones de merluza, salpimentados y enharinados. 
Sobre estos trozos añadimos el majado de pan, ajo y pimentón. Lo rociamos con el vinagre. 
Añadimos los guisantes (los míos congelados), un poco de caldo y lo dejamos cocer tapado unos 10 mn.
Retiramos del fuego y dejamos reposar tapado.
Yo lo acompañé de patatas que hago en el microondas.
Las patatas son pequeñas. Las lavo muy bien, les pincho la piel con un tenedor varias veces.
Las coloco en un plato, tapado por otro.  8 mn en microondas a máxima potencia y estarán listas. Se puede comprobar con un palillo. Si el palillo entra fácilmente es que ya están.
A la hora de servir se les retira la piel y ya está.







..........

viernes, 25 de noviembre de 2011

Ensalada de salmón y naranja





Limpio y Sencillo
Hay personas que aparentan ser normales, pero no lo son. Son especiales.
Tienen algo distinto. No sabes muy bien qué. 
Creo que en algunos casos es la bondad. Pasa con los niños pequeños. La inocencia, la blancura que llevan dentro se ve desde fuera. Esos ojos limpios con los que te miran cuando no entienden algo o cuando se sienten heridos. 
Hay adultos que conservan esa mirada.  Muy pocos. Pero qué valiosos son. 
Otras veces es la sencillez. Personas que no tienen recovecos, que lo que ves es lo que hay, que son francos y que siempre actúan con buena voluntad. Qué escasos. Qué imprescindibles.
Otros son voluntariosos, siempre esforzándose por hacerlo bien, sin quejarse. Personas que lo dan todo, sin darse cuenta de cuánto dan. Responsables, trabajadores, sin pedir a cambio lo mismo de los demás.

Conozco a gente así. ¡Qué afortunada soy! La tengo alrededor.
Son esas personas que sacan lo  mejor de ti, que te hacen reflexionar y no ser tan cascarrabias. Que sin decir nada te enseñan lo realmente valioso.  
No sé porqué algunos son así y otros no. 
Yo no lo soy.

Sin embargo, estas personas no son las que triunfan. Si no te fijas casi ni se ven. No se esconden, son discretas nada más.
¿A quiénes vemos? ¿quiénes tienen más éxito? 
Los listillos, los caraduras, los que mienten mejor, los de pocos escrúpulos, los que sacan lo mejor de  otros y se lo quedan, los que esconden su yo porque es feo,...

Somos complicadas las personas. 
Nos atrae la malicia, la oscuridad, el misterio, las miradas que esconden un secreto. Las segundas intenciones, las medias sonrisas, lo que no nos dicen es lo que buscamos, es lo que nos gusta. Si alguien parece que tiene un "pasado" ¡qué interesante!

¿Por qué?

Hablaba con mi hija mayor de la forma de mirar. Las cosas que se pueden ver en unos ojos. Miradas limpias, miradas profundas, tristes, alegres, astutas...
Yo intentaba explicarle las sutiles diferencias que hay entre unas y otras. Ella preguntaba y preguntaba. Yo casi no sabía responder. 
Y ella dijo entonces: ¿cómo sabes todo eso? ¿dónde lo has aprendido?
Y volví a darme cuenta de los años que tengo. 
Miré a mi hija, sus ojos limpios. 

Le di un abrazo, y durante un rato no hablamos de nada más.


Ingredientes

  • 1/2 Lechuga
  • Salmón en lonchas
  • 1/2 Naranja
  • Mermelada de tomate
  • Crocanti de almendras
  • 1/4 Piña natural
  • Aceitunas negras 4 ó 5
  • Aceite virgen
  • Sal
  • Vinagre de jerez

¿Cómo se hace?
  • Pues es una ensalada. Se parte en trocitos la lechuga, la piña, la naranja, las aceitunas y el salmón.
  • Se añaden las almendras, que le aportan el toque crujiente,  la mermelada de tomate, se salpimenta y aliña con el aceite y vinagre y a comer.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Judiones con bacalao

Aulas y patios

Tras el aparente vacío la vida fluye.
Pasó el verano (¡hace ya tanto tiempo!), el viaje a Francia está almacenado en el rincón de recuerdos (¡qué susto cuando no encontraba las fotos en el ordenador! ¡qué disgusto el día que perdí la libretita con todas las anotaciones que hice durante el viaje!).
El cole comenzó, es verdad. También el otoño, pero esto es mentira, porque el clima se niega a confirmarlo. Las rutinas, sin cambios aparentes, sólo aparentes.
Mis niñas están más grandes, yo trabajo cerca de casa esta vez y tengo nuevos alumnos.
Alumnos que dan un poco de miedo al principio, pero que a estas alturas de mes ya no. Con sus 12 ó 17 años son proyectos de persona apasionantes, que siempre te asombran.
Los de 12 llegan del cole con cara de susto y de ilusión. Se les pasa, el susto, en una semana. Tranquilos padres preocupados, el niño/a se adapta muy bien. Ya charla y charla hasta cuando no debe. La ilusión la conservarán el tiempo suficiente, irá decayendo y reverdecerá con los cambios constantes que se produzcan en sus vidas.
Los de 17 comienzan etapa nueva. Son ya de bachillerato. ¡Qué mayores! Pues yo veo timidez, cuando preguntan en clase, cuando saludan por la calle, cuando no tienen la tarea que se les ha pedido, cuando se les manda callar.
Cuando lloran en el patio la muerte de un compañero que fue atropellado al cruzar la calle cuando iba a clase.
Tres minutos de silencio ensordecedor. Sólo las gaviotas.
Estamos empezando.
Pero es que este año tengo unos niños de 12 años que son "especiales". Algunos no son capaces de escribir de forma inteligible. Todas las frases de su libro les parecen escritas en chino. Intentas explicar y ellos entender, pero no lo consiguen.
No, no son extranjeros. Son de aquí. Con dificultades sin tratar, con familias que no les han atendido, o que se empeñan en no ver que su hijo necesita un tratamiento especial. Estar con los mismos compañeros y el mismo libro no hará desaparecer el problema. Y mientras, el niño sufre. Y los consejos de los profesores no son escuchados.
Y la vida sigue.

Ingredientes
  • Un bote de judiones cocidos
  • Una cebolla pequeña
  • Un pimiento asado
  • Un diente de ajo picadito
  • Una bandeja de bacalao desalado
  • Caldo de pescado
  • Pimentón dulce

¿Cómo se hace?
Es tan facilito que casi me da reparo ponerlo. Pero queda tan bien, tan rico y es sano y nutritivo...
Pues picamos la cebolla y la ponemos a sofreír en una cazuela con un chorrito de aceite.
Añadimos el ajo picadito cuando la cebolla empieza a estar transparente.
Después el pimiento asado que estará en tiritas finas. Yo siempre los aso en casa y los tengo congelados,  pero también queda bien con los envasados comerciales.
Después añadimos el bacalao desalado. Si viene en trozos grandes, partirlo en trocitos pequeños.
A fuego más bien vivo dejar que se evapore toda el agua.
Añadimos pimentón dulce (una cucharadita más  menos), y sin dejar que se queme ponemos los judiones. Dejamos que coja color y añadimos un vaso de caldo. Si tenéis casero, fenomenal. Si no pues el que viene envasado nos saca del apuro.
Dejamos que los sabores se mezclen y a comer. Humeante y calentito.
Aunque igual es mejor dejarlo para cuando de verdad llegue el otoño.

lunes, 1 de agosto de 2011

Bizcocho húmedo de cacao


Vacaciones y promesas

Los viajes son promesas.
A veces se cumplen, a veces no, pero siempre transmiten una emoción, una espectativa de grandes descubrimientos y sensaciones.
Cuando esta entrada salga publicada estaré en París. He viajado poco, así que será mi primera vez en La ciudad de la luz.
Quiero hacer muchas fotos. Ya veremos.

Hay otros viajes.
Mis alumnos/as de 2º de Bachillerato de este año están de vacaciones. Justo antes de empezar un gran viaje: la mayoría serán universitarios en algo más de un mes.
Es un cambio importante en la vida de muchas personas. Te das cuenta más tarde. Cuando ya han pasado años, después de dejar la Universidad.
Para algunos va a suponer salir de casa, ir a otra comunidad, vivir con gente diferente, sufrir, con los exámenes, los profesores, la inmensidad de la materia, las injusticias, estar solo a veces...vivir experiencias nuevas, gente, fiestas, risas, ilusión por aprender, planes de futuro...
Son muchas cosas en poco tiempo.

Algunos de mis alumnos/as de este año dudaban seriamente qué escoger, dónde estudiar, condicionados por una pareja.
Uno de los dos se planteaba quedarse en la comunidad a la que pertenecen, el otro  tendría que salir para estudiar lo que quería.
Me preguntaban a mí. Siempre dije lo mismo: es bueno salir, conocer otro lugar. Si dejas tus sueños tan pronto ¿cuándo piensas intentarlos?
Y si los estudios que escoges al quedarte no te satisfacen, ¿a quién vas a culpar?

Es verdad que hay parejas que se forman a los 16 y que perduran y se asientan. Pero también es cierto que en la mayoría de los casos no es así. En una pareja se deben respetar y comprender los deseos, intereses e ilusiones del otro.
Creo de verdad que 18 años no es una buena edad para empezar a hacer renuncias tan importantes.
Es bueno salir, viajar, conocer, sentir emociones nuevas, aprender de lo diferente, y que alejarse no es estar solo. Hay gente maravillosa en todas partes.

A todos mis alumnos. Que acierten de lleno en lo que elijan.

Feliz verano.

Ingredientes
  • 2 huevos
  • 150 gr de azúcar
  • 100 gr de aceite de girasol
  • 100 ml de nata líquida para montar (35% MG)
  • 100 gr de harina
  • 100 gr de cacao (yo he utilizado colacao turbo. Si se utiliza cacao puro habrá de añadirse otros 50 gr de azúcar)
  • 1/2 sobrecito de levadura (Royal, para hornear. No de panadero)

¿Cómo se hace?
  • Ponemos el horno a calentara a 150º.
  • Batimos el azúcar con los huevos hasta blanquear.
  • Añadimos el aceite y segumos batiendo.
  • Añadimos nata y batimos muy bien.
  • Añadimos harina, cacao y levadura y batimos un poco, hasta integrarlo todo.
  • Vertemos en un molde con papel de horno en la base y los lados. 
  • El grosor que me ha quedado a mí es de aproximadamente 2 dedos.
  • Metemos al horno y dejamos unos 55 mn, y 5 mn más sin sacar del horno apagado.
  • Sacamos. Queda una superficie muy crujiente y un interior húmedo y tierno, con un sabor intenso a cacao.
  • Se puede comer caliente. 

lunes, 11 de julio de 2011

Magdalenas de mantequilla



























Un día gris 




Biutiful. La última película de Iñárritu.
Casi  documental. 
Aquellos a quienes no queremos ver. A duras penas aguanté hasta el final. Las grandes miserias a nuestro alrededor.

Siempre me acompañan dos sensaciones:
Estar perdiendo el tiempo.
La culpa. Por ser desagradecida.

(Aunque la media mundial es de 66,7 años (en 2005), existen diferencias abismales entre las distintas zonas del planeta. En Europa y América del norte la media es de 73 años, en Oceanía es de 71 años, en Latinamérica es de 70 años, en Asia es de 61 años y en África es de 55 años.
Según el informe anual de la ONU, los Estados con menor expectativa son Zambia con 37,5 años, la Repúbkica centriafricana con 39,3 años, Malawi con 39,7 años y Sierra Leona con 40,8 años.
Los de mayor expectativa son Andorra con 83,51,  Japóncon 82 años, España con 81 años, la región de Hong Kong, China con 81,6 años, Islandia con 80,7 años y Suiza con 80,5 años.) Wiki dixit.

365. 80= 29200 días
Miro el mar por la ventana. El día está gris. Llueve desde hace una semana.













No me molesta. Me gusta. No soporto el calor.

Soy gris. En medio de miles de personas.
¿Por qué no puedo dejar de enfadarme por chorradas? ¡Dios!
¿Por qué no soy capaz de ver la suerte que he tenido?
¿Por qué me miro el ombligo y me quejo?
¿Por qué no puedo mirar a mi alrededor y disfrutar de la vida?

Siempre los mismos errores. Las mismas promesas.
A partir de mañana no haré esto, haré lo otro...
Sonreiré, daré gracias al universo creador, miraré las estrellas y pensaré en la suerte de haber sido una de esas células escogidas para crecer y multiplicarse...
Y sin embargo...no soporto que me organicen la vida.

No hago más que quejarme. ¿ves?


Ingredientes
  • 120 gr de azúcar
  • 2 huevos (120 gr)
  • 120 gr de mantequilla en pomada
  • 1/2 cucharadita de esesencia de limón
  • 100 gr de harina de repostería
  • 1/2 sobrecito de levadura (impulsor)

¿Cómo se hace?
  • Batimos los huevos con el azúcar hasta blanquear.
  • Añadimos mantequilla y batimos bien.
  • Añadimos la esencia de limón. Batimos.
  • Ahora la harina tamizada y la levadura.
  • Mezclamos con espátula.
  • Ponemos en moldes de papel, que a su vez estarán colocados en moldes de aluminio de flanecitos.
  • Enfriamos media hora en la nevera.
  • Ponemos el horo a calentar a 250º.
  • Espolvoreamos azúcar por encima.
  • Cuando metamos los moldes de magdalenas en el horno, bajar hasta 200º más o menos.
  • Estarán en unos 15 mn. O antes. Cada horno es distinto, ya sabéis.

lunes, 6 de junio de 2011

Flan clásico


Ver y oír. Mezclar.

Es muy fácil. Los ingredientes son bien conocidos. Los usamos todos los días y sabemos cómo son, sus características.
Las cosas más sencillas nos rodean. Son discretas, pequeñas.
En el baño hay un libro de cuentos que nunca leemos.
Tengo aún en el cajón de la cocina la cuchara blandita con la que mis hijas empezaron a comer.
En la habitación está el espejo en el que se mira mi madre cuando viene.
Los mensajes antiguos en el móvil.
Los amigos de lejos que están cerca.
La bolsa de medicinas de mi padre.
Las presencias imprescindibles.
Los miles de dibujos de la peque.
Los relatos de mi otra peque.
El recuerdo constante de la familia ausente.
Las llamadas de mi hermana.
Los consejos de mi hermano.

El latido del corazón.

Mezclas todo y tienes tu día a día. Tan sencillo. Tan fácil. Con un discurrir tan suave. Tan sin importancia.

Pero si uno solo de estos ingredientes desaparece, todo pierde su sentido.


Ingredientes
  • 1 litro de leche entera
  • 5 cucharadas colmadas de azúcar
  • 8-10 huevos pequeños
  • 1/2 cucharadita de vainilla en polvo (tamaño cucharita de café)
¿Cómo se hace?
  • Calentamos la leche con el azúcar y la vainilla.
  • Dejamos enfriar.
  • Mezclamos con los huevos, batiendo.
  • Caramelizamos un molde resistente al calor del horno.
  • (Yo he hecho el caramelo casero, con azúcar y un chorrito muy pequeño de agua, al fuego, no muy fuerte, hasta que comience a estar dorado sin quemarse).
  • Vertemos la mezcla anterior en la flanera caramelizada.
  • Pondremos en el horno, a baño maría, durante 45-60 mn a 180º.
Dejar enfriar por completo y desmoldar.

Oír y...ver





miércoles, 1 de diciembre de 2010

Migas


Batiburrillo

No conduzco, aunque tengo carnet. Tengo que aclararlo porque todo el mundo que ve que no conduzco me lo pregunta.
Tengo carnet pero es como si no lo tuviera. Porque hace 11 años que no cojo el coche. Esto me produce diferentes sensaciones. 
A saber:
  1. Soy rara. Toooodo el mundo sabe conducir.
  2. Soy una cómoda. Es cuestión de práctica, me dicen.
  3. Soy una caradura. No podemos turnarnos en viajes largos, voy siempre de pasajera.
  4. Soy una inconsciente. ¿Y si un día necesitas coger el coche y no puedes porque te has negado a conducir?
  5. Soy una cobardica. Cualquiera puede conducir. Fíjate en fulano o mengana. Si ellos pueden tú también.
Tengo argumentos para rebatir todo esto, he intentado durante mucho tiempo explicar cómo me siento al volante de un coche. La inseguridad y la torpeza que no soy capaz de superar. Y me niego en redondo a hacer experimentos con pasajeros (ya no digamos nada de meter a mis niñas en el coche).
Se me olvidaba un sentimiento: 
    6.- Soy una exagerada. En fin.
Como no conduzco y ahora mismo me veo obligada a viajar 1 hora en tren o autobús para llegar al trabajo (y otra para volver), pues tengo tiempo para darle vueltas a la cabeza.

Hace ya unos meses (cómo pasa el tiempo), que me siento diferente (doctor, doctor, ¿qué me pasa?).
Fue una experiencia pueril o estúpida que no viene al caso, la que desencadenó esto.
De pronto empecé a sentir una urgencia por encontrarme a mí misma (ni siquiera sabía que estaba perdida). Necesitaba hacer cosas. Qué cosas no lo sé. Cosas. 
Para alguien que me vea desde fuera no he cambiado en absoluto (excepto si te fijas en lo que leo o la música que escucho y algún que otro complemento anecdótico).
He recuperado actitudes que tenía hace muchos años. 
Y ahora viene la pregunta: ¿por qué?
No lo sé. 
Puede ser que la rutina me haya estado matando.
Puede que, como me veo obligada a hacer cosas que no quiero, mi mente se haya buscado una escapatoria.
Puede que sea una burguesa aburrida buscando excusas para hacer idioteces.
Ooo... puede que me esté haciendo vieja. 
¿No dicen que la vejez es la segunda infancia?
Pues yo creo que estoy pasando por la segunda adolescencia.

Ingredientes
  • Medio pan candeal o alguno que se desmenuce un poco cuando lo pasemos por la sartén.
  • Sal.
  • Pimentón dulce.
  • Un chorrito de agua.
  • 1 diente de ajo.
  • Aceite.
  • Unas lonchas de jamón.
  • Un chorizo de freír.
  • Frutas (uvas, naranja...)

¿Cómo se hace?
  1. Ponemos el pan cortado en cubitos pequeños (tamaño garbanzo) en un cuenco. Salamos, añadimos una cucharadita de pimentón y un chorrito de agua (sólo humedecer, no empapar).
  2. Cubrimos con un film transparente y dejamos toda la noche.
  3. Al día siguiente, desmenuzamos el chorizo y cortamos el jamón en trocitos. 
  4. Sofreímos el ajo en un chorrito de aceite. Lo retiramos. Añadimos el chorizo y el jamón a este mismo aceite. Refreímos un poco.
  5. Añadimos el pan y empezamos a remover y a remover. Hasta que vemos las migas un poco desmenuzadas y con el colorcito del chorizo empapándolas. No dejéis que se quemen. Ligeramente tostaditas y crujientes estarán listas para comer.
  6. Si las acompañamos con trocitos de fruta, para meter en la boca en el mismo bocado, están deliciosas.

Esta receta tan rica se la copié a Miriam. No os perdáis su maravilloso blog.


Estoy procesando las fotos que voy haciendo en el tren, porque hay paisajes fantásticos. 
Pondré algunas en la próxima entrada. 
También quería dar las gracias a todos/as los/as que me leéis. Me encantó ver tres cifras en el número de seguidores. Y pensé en hacer algo especial.
No sé. El caso es que hay cosas que te hacen sentir muy bien.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Lacitos de hojaldre y leche condensada

Forever young




De pronto se abrió una ventana en su frente, y una brisa fuerte barrió por dentro su cabeza. Se llevó de golpe todas las telarañas que ni siquiera sabía que estuvieran allí. Entró la luz de los recuerdos y vivencias primeras. Y sintió que tenía 17 años.
Entendió porqué en la adolescencia creas tu propia realidad.
Entonces se viven en carne propia y nueva, esas experiencias que parece que no pudieran ocurrir más que una vez.
Con una intensidad tan arrolladora que apenas te deja respirar.

Recordó la emoción del primer amo
r, el primer beso, torpe, robado en la penumbra del atardecer, el corazón acelerado en la garganta, las piernas temblando, la necesidad de mirar una fotografía cada 5 mn.
La música de fondo, lo llenaba todo.
Ya no tenía 40 años. Era joven para siempre.

¡Qué patético!. ¿Verdad?
Sin embargo no puede dejar de pensar en ello. Mira las imágenes casi sin color, una y otra vez.
Escucha la música y se deja llevar.


Es la vida que la recorre por dentro.

Ingredientes

  • Una lámina de hojaldre fresca, no congelada (la del Lidl está bien)
  • Leche condensada (lo que consideréis oportuno)
  • Miel. Una cucharada más o menos
  • Un chorrito de agua
  • Azúcar glass

¿Cómo se hace?

Se abre la lámina de hojaldre. Se pincela toda la superficie con leche condensada y miel a partes iguales.
Se pliega sobre si misma y se recortan rectángulos de un dedo de grosor más o menos. Yo lo hago con el corta-pizzas. Cada uno de estos rectángulos los volvemos a pintar , esta vez con leche condensada nada más.
Los retorcemos un poquito. O sea los giramos, le damos una vuelta o dos sobre sí mismos. Los colocamos sobre un papel vegetal en la placa de horno.
Horneamos a 180º hasta que se vean dorados.
Sacamos del horno. Sin que se enfríen los despegamos del papel con una paleta. Estarán blanditos. Hay que tener cuidado. Después se endurecerán al enfriar.
Los colocamos sobre una rejilla y los volvemos a pintar de nuevo con una mezcla de leche condensada, miel y agua. Espolvoreamos con azúcar glass abundantemente.

Estoy de vuelta tras las vacaciones.
Hay una frase de Pitágoras que dice: "la felicidad consiste en saber unir el final con el principio".
Espero que sea así.
Cambiar es muy importante. Evolucionar. Lo que se deja atrás tendremos que unirlo con lo que comienza.Las vacaciones me han traído cambios. He pensado y sentido cosas nuevas. Olvidadas, más bien.
Y creo que el final de las vacaciones traerá más cambios aún. Ya veremos.

viernes, 11 de junio de 2010

Bizcocho con manzana y Bizcocho de cacao

Ganando altura

Ya hace meses que fue el cumple de mi peque más peque, y aún no he publicado su tarta. Ni la voy a publicar.
El motivo es que a esta princesa no le gusta nada comer, y por eso come fatal.
Sus gustos se decantan claramente por los dulces: miel, leche condensada, colacao, jarabe de arce, chocolate sobre todas las cosas... y siempre así, sin mezclas. Es decir, si el chocolate lleva frutos secos o galleta, ya no. Los bombones tampoco.
La leche condensada ¿con pan?... mejor a cucharadas. El colacao, con leche, pero si se cae un poco de polvillo de cacao en la mesa, disimuladamente lo cojo con la mano y lo devuelvo a la taza, que no se pierda nada.
Sólo chocolate, chocolate.
Tenemos unos amigos que tienen una niña un poco mayor que la mía.
Cuando era pequeñita, 4 ó 5 años tomaba también mucho chocolate.
Un día en una reunión familiar, aprovechando que un primo pariente es pediatra le preguntaron:

-Oye, la nena come mucho chocolate ¿será malo? (para su salud).
Y su respuesta fue:

-Bueno, mientras no lo fume...
Así que por ahora, no me preocupo.

El caso es que para su cumpleaños me pidió que su tarta fuese toda de chocolate: bizcocho de chocolate, rellena de chocolate y cubierta de chocolate.
A mí me hacía ilusión que, al menos se comiese un trozo de su propia tarta de cumpleaños.
Así que le hice caso.

A todos nos gustó... menos a ella.
La probó y dijo:

-No está mal... pero no quiero mas.

He ido haciendo otras cosas con chocolate con la ilusión de que le gustasen y por fin poder publicarlas como celebración de su cumpleaños, aunque tardía. Pero no hay manera.

Por eso me decido a publicar uno de los experimentos que hice.
Y es doble porque no todos en casa son tan fanáticos del chocolate como ella. El bizcocho con manzana y almendra es pensando en el papá, al que el derivado del cacao no le va mucho, y el de choco es para la peque. Este sí le gusta, un poco.
Sobre todo la capa crujiente de azúcar que lleva por encima.


Ingredientes
para el bizcocho con manzana
  • 1 manzana reineta troceada
  • 75 gr de azúcar
  • 2 huevos
  • 60 gr de mantequilla en pomada
  • 15 gr de aceite de girasol
  • 100 gr de harina
  • 1/2 sobre de levadura química
  • almendra fileteada

¿Cómo se hace?
  1. Ponemos la manzana troceada, 3 mn en microondas, tapada. Reservamos. Nos quedará en trozos. No machacamos ni trituramos, la dejamos en trozos.
  2. Batimos con varillas hasta blanquear, los huevos con el azúcar.
  3. Añadimos la mantequilla y el aceite de girasol y batimos.
  4. Añadimos la harina y la levadura tamizadas y batimos otra vez.
  5. Por último añadimos los trozos de manzana y removemos con una cuchara, para repartir homogéneamente los trozos por toda la masa.
  6. Ponemos esta masa en un molde de plum cake y espolvoreamos con almendra fileteada y azúcar.
  7. Horneamos a 170º durante 25 mn.


Ingredientes para el bizcocho de cacao
  • 75 gr de azúcar
  • 2 huevos
  • 60 gr de mantequilla en pomada
  • 15 gr de aceite de girasol
  • 2 cucharadas de cacao
  • 100 gr de harina
  • 1/2 sobre de levadura química
  • almendra fileteada

¿Cómo se hace?
  1. Batimos con varillas hasta blanquear, los huevos con el azúcar.
  2. Añadimos la mantequilla y el aceite de girasol y batimos.
  3. Añadimos la harina, la levadura y el cacao tamizados y batimos otra vez.
  4. Ponemos esta masa en un molde de plum cake y espolvoreamos con azúcar abundantemente.
  5. Horneamos a 170º durante 25 mn.


A pesar de que los ingredientes se parecen mucho, los bizcochos son totalmente distintos.
El de manzana es fresco y jugoso. El de cacao es más ligero y esponjoso.
Como mis dos peques. Los mismos ingredientes y tan distintas las dos.
Muchas felicidades, pequeña princesa escaladora.