Mostrando entradas con la etiqueta Pescados y mariscos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Pescados y mariscos. Mostrar todas las entradas

jueves, 12 de enero de 2012

Merluza en salsa



Pequeñas violencias cotidianas

El respeto es algo vital. 
Es una palabra anticuada, y que suena a "debes respetar a los mayores", por ser mayores sin más.
No. Me refiero al respeto que toda persona debe ofrecer y obtener de los demás, sólo porque somos personas.

Es una idea que siempre tengo presente, pero lo que me empuja a escribir hoy es algo que ocurrió en la fila del cole.
Niños y niñas de 7 años. Una niña corre para alcanzar su puesto en la fila, detrás de sus amigas. Dos niños vienen desde lejos a intentar ganarle. Les gusta siempre ser los primeros.
La niña gana. Uno de los niños, grandullón, llega con fuerza y empuja. La niña casi se cae. El grandullón se queja:
-Teníamos que ser los primeros. En cuanto se mueva (la niña) le quitamos el sitio.
-Pero tiene ahí su mochila- dice el otro niño.
-No. La tiene un poco fuera de la fila.
La madre de la niña advierte. 
-Un poco de cuidado, que si venís corriendo, podéis hacer caer a los demás.
El grandullón no se corta.
-Yo puedo venir como quiera.
La madre de la niña, mosqueada.
- Eso depende de si afecta a los demás o no.

Parece una anécdota sin importancia, pero si a esto sumamos otras actitudes parecidas, empujones, burlas, contestaciones, desobediencias y malas caras a los padres...veo en este niño un ejemplo de cómo crece en una persona la falta de respeto.

Queremos ser los primeros. Para eso hemos de empujar a los demás. Yo puedo hacer lo que quiera. Tú no me puedes corregir ni decirme cómo tengo que hacer las cosas. O peleas conmigo o tus derechos no existen. En cuanto te des la vuelta te quito lo que tenías. No me digas nada porque soy un tío fortachón y tú una niñita enclenque.

A mí me suenan mucho estas frases y actitudes. 

Y estas otras también:
- Tú no sabes, yo te digo cómo se hace.
- Eso que llevas no me gusta, ponte esto otro.
- Deberías teñirte el pelo, tienes muchas canas.
- Pues sí que tenías que decirle cosas a tu amiga. Lleváis media hora hablando.
- ¿A dónde vas? ¿Con quién? Pues tienes cosas que hacer en casa.
- Coloca esto, tráeme aquello, dame lo de más allá...
- Está todo hecho un asco, si todavía tendré que limpiar yo...
- Lo que haces tú en todo el día, lo hacía yo en media hora.
...
Si colocamos esto en boca de un hombre y se dirige a una mujer, la situación es peligrosa. Es machismo, sí, pero sobre todo es falta de respeto.

Por eso voy a advertir desde aquí al grandullón. 
-Como te acerques a la peque, te voy a pintar un Bob Esponja en la cara con tinta permanente. Abusón.

Feliz Año Nuevo. Reivindicativo.

Ingredientes
  • 4 medallones de merluza
  • 1 diente de ajo
  • 1 rebanada de pan
  • Aceite oliva virgen
  • Pimentón
  • 4 cucharadas de vinagre
  • Harina
  • Guisantes
  • Caldo de pescado
  • Sal (y pimienta si se quiere)
  • Patatas para acompañar

¿Cómo se hace?

En una sartén ponemos un chorrito de aceite, suficiente para freír el ajo y el pan partidos en trocitos. Sin que se quemen. Antes de sacarlos del aceite le añadimos un poco de pimentón y lo retiramos del fuego.
Sacamos el ajo y el pan a un mortero, con un poco de su aceite con pimentón.
Machacamos.
En otra sartén ponemos un chorrito de aceite en el que pasaremos ligeramente los medallones de merluza, salpimentados y enharinados. 
Sobre estos trozos añadimos el majado de pan, ajo y pimentón. Lo rociamos con el vinagre. 
Añadimos los guisantes (los míos congelados), un poco de caldo y lo dejamos cocer tapado unos 10 mn.
Retiramos del fuego y dejamos reposar tapado.
Yo lo acompañé de patatas que hago en el microondas.
Las patatas son pequeñas. Las lavo muy bien, les pincho la piel con un tenedor varias veces.
Las coloco en un plato, tapado por otro.  8 mn en microondas a máxima potencia y estarán listas. Se puede comprobar con un palillo. Si el palillo entra fácilmente es que ya están.
A la hora de servir se les retira la piel y ya está.







..........

miércoles, 12 de octubre de 2011

Judiones con bacalao

Aulas y patios

Tras el aparente vacío la vida fluye.
Pasó el verano (¡hace ya tanto tiempo!), el viaje a Francia está almacenado en el rincón de recuerdos (¡qué susto cuando no encontraba las fotos en el ordenador! ¡qué disgusto el día que perdí la libretita con todas las anotaciones que hice durante el viaje!).
El cole comenzó, es verdad. También el otoño, pero esto es mentira, porque el clima se niega a confirmarlo. Las rutinas, sin cambios aparentes, sólo aparentes.
Mis niñas están más grandes, yo trabajo cerca de casa esta vez y tengo nuevos alumnos.
Alumnos que dan un poco de miedo al principio, pero que a estas alturas de mes ya no. Con sus 12 ó 17 años son proyectos de persona apasionantes, que siempre te asombran.
Los de 12 llegan del cole con cara de susto y de ilusión. Se les pasa, el susto, en una semana. Tranquilos padres preocupados, el niño/a se adapta muy bien. Ya charla y charla hasta cuando no debe. La ilusión la conservarán el tiempo suficiente, irá decayendo y reverdecerá con los cambios constantes que se produzcan en sus vidas.
Los de 17 comienzan etapa nueva. Son ya de bachillerato. ¡Qué mayores! Pues yo veo timidez, cuando preguntan en clase, cuando saludan por la calle, cuando no tienen la tarea que se les ha pedido, cuando se les manda callar.
Cuando lloran en el patio la muerte de un compañero que fue atropellado al cruzar la calle cuando iba a clase.
Tres minutos de silencio ensordecedor. Sólo las gaviotas.
Estamos empezando.
Pero es que este año tengo unos niños de 12 años que son "especiales". Algunos no son capaces de escribir de forma inteligible. Todas las frases de su libro les parecen escritas en chino. Intentas explicar y ellos entender, pero no lo consiguen.
No, no son extranjeros. Son de aquí. Con dificultades sin tratar, con familias que no les han atendido, o que se empeñan en no ver que su hijo necesita un tratamiento especial. Estar con los mismos compañeros y el mismo libro no hará desaparecer el problema. Y mientras, el niño sufre. Y los consejos de los profesores no son escuchados.
Y la vida sigue.

Ingredientes
  • Un bote de judiones cocidos
  • Una cebolla pequeña
  • Un pimiento asado
  • Un diente de ajo picadito
  • Una bandeja de bacalao desalado
  • Caldo de pescado
  • Pimentón dulce

¿Cómo se hace?
Es tan facilito que casi me da reparo ponerlo. Pero queda tan bien, tan rico y es sano y nutritivo...
Pues picamos la cebolla y la ponemos a sofreír en una cazuela con un chorrito de aceite.
Añadimos el ajo picadito cuando la cebolla empieza a estar transparente.
Después el pimiento asado que estará en tiritas finas. Yo siempre los aso en casa y los tengo congelados,  pero también queda bien con los envasados comerciales.
Después añadimos el bacalao desalado. Si viene en trozos grandes, partirlo en trocitos pequeños.
A fuego más bien vivo dejar que se evapore toda el agua.
Añadimos pimentón dulce (una cucharadita más  menos), y sin dejar que se queme ponemos los judiones. Dejamos que coja color y añadimos un vaso de caldo. Si tenéis casero, fenomenal. Si no pues el que viene envasado nos saca del apuro.
Dejamos que los sabores se mezclen y a comer. Humeante y calentito.
Aunque igual es mejor dejarlo para cuando de verdad llegue el otoño.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Fabas asturianas con calamar y almejas


.
Platos calientes para días fríos
.
Se acerca el invierno. El gris es el color del cielo y del mar, el termómetro marca 7º.
.
.
Silba el viento en la ventana y arrastra las nubes, las botas vienen bien para saltar charcos...
.
.
.
El mapa del tiempo para mañana está lleno de lluvia y nieve.
.

Es el momento para preparar uno de esos platos de siempre, tan reconfortantes, cuando llegas a casa con la nariz y las manos heladas.

Vamos a entrar en calor.

Ingredientes (las cantidades son orientativas)

  • 180 gr de fabas asturianas (vale otra faba blanca )
  • 200 gr de almeja
  • 1 calamar grande y su tinta
  • 1 cebolla mediana
  • 1/2 pimiento rojo
  • 1 vaso de vino blanco
  • Caldo de pescado
  • 2 dientes de ajo
  • Aceite de oliva vírgen extra
  • 1 hoja de laurel
  • Sal
  • 1 cucharadita de pimentón dulce
¿Cómo se hace?

Las fabas deben estar en remojo desde el día anterior, en agua fría.
Ponemos a cocer las fabas en agua fría con sal . Yo las hago en olla rápida.
En 15 mn a fuego muy suave y dejándolas reposar en la olla cerrada hasta que pierda todo el vapor, quedan perfectas.
En una olla (rápida también) aparte, pochamos el pimiento rojo y la cebolla en un poco de aceite. Añadimos los ajos que sofreiremos con ella.
Sin que se queme el sofrito, pero con el aceite muy caliente, vamos añadiendo el calamar que tendremos limpio y picado en trozos. Deben encogerse los trozos al contacto con el aceite. Así se sellarán y quedarán tiernos. Los vamos añadiendo poco a poco, para que no enfríe el aceite. El calamar no soltará agua y quedará perfecto.

Una vez incorporado todo el calamar, añadimos el vino blanco, sal, pimentón, laurel y un chorrito de caldo de pescado.

Cerramos la olla rápida y dejamos hacerse a fuego suave durante 10 mn. Apagamos y dejamos fuera del fuego hasta que la olla pierda todo el vapor.

Esta olla sin vapor la abrimos, colocamos al fuego e incorporamos las almejas. Dejamos que se abran.
Machacamos la tinta en un mortero, para extraer todo el jugo, y con un poquito de caldo de los calamares la incorporamos al guiso.

Sólo queda mezclar las fabas con el guiso.

Si tienen mucho caldo las fabas se retira un poco. Sobre ellas se añade el guiso de calamar y almejas.

Para mezclar y que no se partan las fabas se menea la olla cogiéndola de las asas. No conviene remover con la cuchara.

!Qué aproveche!

lunes, 14 de septiembre de 2009

Chipirones con cebolla

Redacción en el primer día de cole

"Hoy es el primer día de curso y como todos los años la "seño" nos ha pedido que hagamos una redacción sobre las vacaciones. A mí esto siempre me da mucha rabia, porque tengo que escribir mucho y luego nunca nos la devuelve. Yo creo que lo hace por cotillear un poco, y saber en qué hemos estado vagueando.
Allá voy.

Mis vacaciones

En estas vacaciones hemos ido a la playa, como siempre. A mis padres les gusta mucho y a nosotras también, porque podemos bañarnos todo el rato y jugar con la arena y con nuestros amigos.
Somos un poco pesados con eso de la playa, porque fuimos hasta en días de lluvia.


Pero no nos importó. Cogimos la tabla y nos encontramos cara a cara con la tormenta.

Otros días más fríos los dedicamos a pensar y relajarnos un poco. Eso dice mi madre, yo digo aburrirnos.


En algunas playas daban ganas de echarse a volar, tan llenas de sol, con aguas transparentes.

La playa estaba casi vacía, porque sólo los valientes como nosotros se atreven a ir en un día que amanece nublado. No se dan cuenta de que el sol está ahí detrás de las nubes y en cualquier momento puede aparecer.

También nos gusta saltar olas, porque parece que estamos caminando sobre las aguas. Con el ruido del mar y el viento dándonos en la cara se siente uno un poco loco, pero nos lo pasamos fenomenal.
Todo este lío playero da mucha hambre, así que de vez en cuando hay que parar para comer.
Nos gustan los chipirones, que también vienen del mar.

Seño: como ya sé que le gustan, le pongo la receta que me ha dado mi madre para que no me la pregunte luego.
Ingredientes (para dos o tres personas)
  • Chipirones limpios.
  • 1 diente de ajo
  • 1 cebolla
  • Sal
  • 1 cucharada grande de azúcar
  • 1 hoja de laurel
  • 1/2 vasito de vino blanco bueno (yo uso un Godello de Valdeorras)
  • Aceite de oliva virgen
¿Cómo se hace?
Ponemos un chorretón de aceite en una olla rápida. Aplastasmos un poco el diente de ajo y lo echamos en el aceite caliente. A continuación la cebolla picada no muy gruesa. Dejamos que se poche a fuego medio.
Cuando ya vemos que se ha ablandado un poco le ponemos el azúcar. Removemos y esperamos un par de minutos. Añadimos la hoja de laurel y a continuación los chipirones. Cuando añadas los chipirones el aceite debe estar bastante caliente. Dejamos que se doren un minuto.
Ponemos sal y regamos con el vino.
Removemos un poco y cerramos la olla. En 15 mn estarán hechos.
Tienen un dulzor que con el sabor de los chipirones va de maravilla.
Podemos acompañar con patatas fritas, arroz blanco o con pan, para mojar en la salsa, que está buenísima.


Después de reponer fuerzas volvemos a la playa, y como tenemos que esperar a que nos haga la digestión, pues buscamos conchas para coleccionar


o hacemos un castillo.


Además de ir a la playa también hemos hecho otras cosas. Como andar muuuuuucho en bici,


o cruzar puentes escondidos en bosques encantados.

Seguro que hice muchas más cosas, pero esto es de lo que más me acuerdo.


¡Ah! También jugamos a peleas con mi padre, que él creía que iba a descansar en vacaciones, pero allí estábamos nosotras para impedírselo.

Fin"

lunes, 18 de mayo de 2009

Verdinas con almejas marinera

Campo y mar
.....................

Este plato de hoy utiliza como ingrediente principal las verdinas.
Las verdinas son unas alubias pequeñitas, secas, aunque por su color pudieran parecer frescas.
Yo las probé por primera vez en un viaje que hicimos a Unquera, en el extremo oriental de Asturias, ya hace varios años. Nos las sirvieron así, con almejas, y me sorprendió el sabor tan delicado y lo tiernas que estaban. ¡Cómo se deshacían en la boca mezclándose con la salsa de las almejas! Me gustaron mucho.
Después intenté conseguirlas por mi cuenta, pero no eran fáciles de encontrar.
En estos últimos años se han hecho más frecuentes, y yo las encuentro en la tiendecilla que tengo en la esquina, lo cual me hace pensar que en los supermercados grandes también las habrá.
Su precio es aproximadamente de 9 euros el kilo. Así costaron las que yo compré.
Puede parecer caro, pero yo utilicé hoy 250 gr y hemos comido 2 adultos (repetimos los dos) y aún nos queda para comer otro día (y volver a repetir).
Si hacéis cálculos, no salen caras en realidad.
Las almejas estaban de oferta, así que tampoco han supuesto un gasto importante.
Es estos tiempos de crisis hay que contar todos los céntimos.
Y es un plato de lujo, sabroso y que da muy poco trabajo.
Si no las conocéis, es buen momento para probarlas, antes de que llegue el calor.
........................
Ingredientes
.........................
Para las verdinas
  • 250 gr de verdinas
  • Un poco de caldo de verduras
  • Agua
  • Sal

Para las almejas marinera
  • 350 gr de almejas marinera (o al gusto)
  • Aceite de oliva
  • 1 diente de ajo
  • 1 cebolla
  • Perejil
  • 1 cucharada de harina
  • 1 cucharadita de pimentón dulce
  • 1 guindilla pequeñita
  • 1/2 vaso de vino blanco
  • Caldo de cocer las verdinas
¿Cómo se hace?
............................
Dejamos las verdinas en remojo la noche anterior en abundante agua fría con sal.
A la mañana siguiente las ponemos a cocer, en agua fría mezclada con un poco de caldo de verduras y sal . El caldo de verduras yo lo tengo siempre congelado. Son restos que me quedan de hacer purés o cremas de verduras. El que se compra también valdrá.
Yo las pongo en la olla a presión. Cuando se ve que la olla ya ha alcanzado la ebullición (empieza a salir vapor, o ha subido la válvula), se baja el fuego al mínimo. Deben cocer muy suavemente, porque si no se romperán. No es que sepan peor si se rompen, pero es que enteras están más bonitas.
Yo las he dejado casi tres cuartos de hora. Ya sé que parece mucho, pero es que como cuecen tan despacio es el tiempo que necesitan.
Como veis por las fotos estaban enteritas y muy tiernas (en esto tenéis que fiaros de mí).
.
Las almejas marinera yo las hago así:

Aclaramos las almejas debajo del chorro de agua fría. Deben venir limpias y sin arena o se arruinará el guiso.
En una cazuela pongo un buen chorro de aceite y cuando está tibio añado el diente de ajo picadito fino.
Cuando empieza a chisporrotear añado la cebolla cortada en trozos no muy grandes y dejo que se poche un poco a fuego medio. Siempre vigilando para que no se queme.
Cuando está transparente añado el perejil cortado finito, el pimentón, la guindilla abierta, la cucharada de harina y remuevo un poco fuera del fuego.
Ahora añado el vino y remuevo. Pongo de nuevo en el fuego, siempre medio, y dejo que espese un poco con la harina. Si veo que se pone demasiado espesa añado caldo de cocer las verdinas hasta que quede una salsa ligera pero ligada.
.
Ahora añadimos las almejas y dejamos que se vayan abriendo y soltando su jugo.
En 2 ó 3 minutos estarán. Sólo queda escurrir las verdinas (yo guardo el caldo) y mezclarlas con las almejas. Es importante hacer la mezcla suavemente para que no se rompan las verdinas.
Este plato se puede hacer también con otras alubias, pero si encontráis las verdinas no las dejéis pasar. Os sorprenderán.
.

martes, 28 de abril de 2009

Albóndigas de bacalao en salsa de pimientos asados


Camuflando el pescado.
........................................
A la mayoría de los niños que conozco no les gusta el pescado. Cuando algún padre me dice: "pues a mi hijo le encanta", me da una envidia tremenda. ¡Qué haría yo sin las varitas!
Me he dado cuenta de que en el apartado de "para niños" sólo tengo postres y pan. Pero es que a mis hijas es lo que más les gusta. No comen solo eso, claro. Comen de todo, incluyendo el pescado, pero casi siempre camuflado.
Así nació este plato. Intentando que parecieran las albóndigas de pollo que normalmente hacemos, con su mismo aspecto.
No tuve éxito.
Pero estaban tan buenas que las voy a repetir, y aquí os dejo la receta por si vosotros queréis intentarlo también.
.......................
Ingredientes
.......................
Para las albóndigas
  • 1 envase de bacalao desmigado y desalado
  • 1 huevo
  • 2 rebanadas de pan de molde (su miga)
  • 1/2 vaso de leche
  • Pan rallado
  • Harina para hacer las bolitas
Para la salsa
  • 1 cebolla
  • 2 pimientos asados
  • 1 vaso de salsa de tomate (mejor casera)
  • 2 cucharadas de salsa de pimientos choriceros
  • Caldo de pescado
  • 1 pizca de comino
  • 1 pizca de cúrcuma
  • 1 pizca de pimentón dulce
  • Sal
  • Pimienta
  • Aceite de oliva virgen
...........................
¿Cómo se hace?
...........................
Yo hago la salsa en primer lugar: los pimientos asados suelo tenerlos congelados. Un día me pongo y aso 4-5 pimientos, los pelo y los congelo en tiras que me sirven para muchos platos diferentes y se conservan muy bien. Pero seguro que también sirven los botes de pimientos asados que hay en el mercado.
Troceo fina la cebolla y la pongo a pochar en una sartén con un chorro de aceite de oliva virgen. La calidad del aceite es fundamental, lo digo siempre.
Cuando ya está transparente, le añado los pimientos asados, las cucharadas de pimientos choriceros (se vende envasada en botes de cristal pequeñitos, en supermercados grandes o tiendas que tengan productos de calidad), la salsa de tomate, las especias y la sal . Dejo cocer esta salsa un par de minutos. La paso a un recipiente apropiado y la trituro, no muy fina, porque me gusta que tenga un poco de textura. La echamos ahora en la cazuela donde vayamos a cocinar las albóndigas.
Si la veis muy densa podéis añadirle un poco de caldo de pescado. Este caldo de pescado puede ser casero (yo tengo siempre congelado) o utilizar alguno de los envasados. No es lo mismo, pero es mejor que usar agua.

A continuación, mientras esta salsa reposa cerca del fuego, paso a hacer las albóndigas.
Hay quien dice que es muy laborioso y muy pesado. A mí me resulta relajante, la verdad.
En un robot de cocina, trituramos el bacalao bien escurrido, que suele venir ya sin espinas. Salamos ligeramente, le añadimos un huevo, la miga de pan y la leche.
Como queda bastante fluido yo añado un poco de pan rallado, hasta que adquiere una consistencia manejable para hacer las albóndigas.
En una taza pongo harina y voy dando forma en ella a las albóndigas, que como notaréis, son bastante blanditas.
Estas bolitas las pongo directamente en la salsa, que estará a fuego muy suave.
Las dejo que se hagan en la olla tapada, controlando que no se pegue la salsa. A través de la tapa, si es transparente, veremos cómo burbujea. Si no es transparente vuestra tapa, levantadla de vez en cuando.
Cuando ya están un poco hechas les doy la vuelta, una a una, con cuidado, porque son muy tiernas.
Depende del tamaño que les hayáis dado a las albóndigas tardarán más o menos. Pero con un tamaño medio, en 15-20 mn de fuego suave ya estarán.
Yo las he acompañado de unas patatas paisana sin más, que mezcladas con la salsa están riquísimas.

¡Qué aproveche!

lunes, 20 de abril de 2009

Maragota al horno aromatizada con hinojo


Al lado del mar
......................................................................
Por fin el domingo tuvimos un día de sol. Aprovechamos para pasear, dar una vuelta por la playa y darnos cuenta de la suerte que tenemos por vivir cerca del mar.
Soy de interior y no pude ver el mar hasta que tenía 18 años, así que la impresión que me causó el Cantábrico todavía perdura.
El ruido de las olas, el brillo del sol en el agua, el olor fresco a mar... pequeñas cosas que hacen especial un día cualquiera.
Poder disfrutar de esto con la familia recarga las pilas.
Hay que mirar alrededor, ver el mundo, pensar en lo que tenemos y no en lo que nos falta.
¡Porque tenemos tantas cosas!
............................................................................
La receta de hoy utiliza un pescado que aparece de vez en cuando en los mercados. La maragota, que también se llama Pinto, Durdo , Piloño...y algún nombre más, es un pez costero de color pardo-rojizo.
Es un pescado de bajo precio. Pero si no encontráis la maragota podéis sustituirla por abadejo o bacalao fresco.
En casa somos bastante pescaderos (las niñas no, es una lástima), pero intentamos salirnos del típico pescado a la romana y encontrar recetas que nos sorprendan.
La receta que os traigo es muy sencilla y el hinojo le aporta un gusto especial.
Quiero dedicar este plato a Pilar (La cocina de lechuza) como pequeño agradecimiento por su maravilloso blog y sus estupendas recetas de pescado que tanto nos gustan.
...........................................................................
Ingredientes (para dos personas)
..................

  • 1 maragota
  • 1 cebolla
  • 4 cucharadas de salsa de tomate (mejor casera)
  • 1/2 vasito de vino blanco de Godello (sirve otro vino de buena calidad).
  • 1 cucharada de harina
  • 1 vaso de caldo de pescado
  • Semillas de hinojo
  • Sal
  • Pimienta
......................
¿Cómo se hace?
....................
Precalentar el horno a 180 º.
Limpiar bien la Maragota y abrirla por la mitad. Quizá esto puedan hacértelo en la pescadería.
Salpimentar y colocar en un recipiente apto para el horno. Rociar con un chorito de aceite de oliva virgen.
Muchas veces el éxito de un plato no depende del tipo o cantidad de ingredientes, sino de la calidad de éstos. Creo que un buen aceite es fundamental en la cocina.
Cuando el horno haya alcanzado la temperatura deseada meter la maragota durante 10 minutos.
Sacar y reservar.
En una sartén verter un chorrito de aceite y rehogar la cebolla, pelada y cortada fina. Cuando empiece a quedarse transparente añadir la salsa de tomate y el hinojo.
A continuación añadir el vino y dejar reducir un poco. Yo he usado un vino blanco de Godello, que es de la zona de Valdeorras. Es fresco y afrutado.
Al igual que el aceite, el vino de cocinar debe ser de buena calidad. Se nota en el acabado de los platos. Y el vino blanco de esta zona es excelente.
Espolvorear con la harina y cocer un par de minutos, removiendo para mezclar la harina.
Seguidamente, rociar con el caldo de pescado y dejar cocer 5 minutos más.
Verter esta salsa sobre la maragota y meterla en el horno.
......................
Dejarla cocer hasta que esté en su punto.
Para una maragota como la que yo utilicé, de unos 800 gr, son 10 minutos.
Y ya está.
El mar en tu mesa.
............................

Disfrútalo.

martes, 24 de marzo de 2009

Pimientos del piquillo rellenos














Today is the day.


Hoy es el día en que esto empieza a andar. Con la ilusión de las cosas nuevas y la inexperiencia que supone hacer algo por primera vez. Espero aprender mucho con ello y que a alguien le resulten útiles mis pequeños experimentos.
Hoy empiezo con un platillo improvisado. Las 13 horas, sólo una crema de primero y ¿de segundo?
Aprovechando unos pimientos del piquillo enteros que tenía en la despensa y unas gambitas peladas ha salido esto. A ver qué os parece.


INGREDIENTES
  • 1 Lata de pimientos del piquillo enteros (trae 8)
  • 150 gr de gambas peladas
  • 8 palitos de cangrejo también congelados
  • 1 cebolla pequeña
  • aceite de oliva
  • sal
  • pimienta negra
Para la bechamel
  • 2 cucharadas grandes de mantequilla o margarina
  • 1 cucharada de harina
  • 200 ml de leche
  • sal
  • pimienta
¿Cómo se hace?

Se sofríe la cebolla cortada en trocitos pequeños a fuego no muy fuerte. Cuando ya está transparente añadimos los palitos cortados también en trocitos.
Enseguida añadimos las gambas sin descongelar, y dejamos que se hagan un poco, sin que se resequen.
Salpimentamos.

Elaboramos la bechamel de la siguiente forma:
En un cazo ponemos la margarina o mantequilla y dejamos que se deshaga con un calor suave.
Sacamos del fuego, añadimos la harina y la leche. Mezclamos bien. Volvemos al fuego y removemos sin cesar. Si a pesar de eso se hacen grumos, pasar por la batidora, que queda fenomenal.
Rectificamos de sal y pimienta.
Debe quedar una bechamel ligerita.


Montamos el plato.

Rellenamos los pimientos con una cucharilla pequeña y los colocamos en un recipiente apto para horno.
Los cubrimos con la salsa bechamel y unas hebritas de queso rallado si te gusta.
Gratinamos unos minutos y servimos.
Yo los he puesto con una ensalada de tomate, lechuga y aceitunas negras. Y un pan negro de centeno que queda estupendo con el sabor de los pimientos.
Rápido (30 mn escasos) y rico. No ha quedado ninguno.
Un plato salado. Como me habías pedido.