viernes, 25 de septiembre de 2009

Cake exprés de café y nueces


Es lo que hay

El comienzo del trabajo después de las vacaciones lleva consigo las rutinas y las prisas para todo.
Las palabras más repetidas cada día son "venga, vamos. Date prisa".
Es un poco agobiante, pero es lo que hay, como decía una "profe" de mi hija pequeña. (Esto lo dijo como respuesta a la pregunta de por qué a mi hija la había mordido otro niño. "Es lo que hay" contestó ella).
Desde entonces, esa respuesta, que en su momento me pareció indignante, la hemos utilizado en casa muchas veces. La mayoría en tono irónico, y como punto final a muchas situaciones:

"mamá, no me gustan las lentejas: es lo que hay"

"siete días sin parar de llover: es lo que hay"

"el pediatra ha dicho que el niño tiene un virus y que espere a que se le pase: es lo que hay"

"en estas próximas elecciones no sé a quien votar; unos son mentirosos y otros corruptos: es lo que hay"

"mamá, en la tienda se me ha colado un señor y no me ha dejado decir nada, porque soy pequeña: es lo que hay"

"en la calle todas las esquinas están llenas de regalitos perrunos: es lo que hay"

......

Y así podríamos seguir y seguir.

Es una frase que no me gusta nada, porque representa una resignación ante las cosas, un no poder hacer nada que molesta bastante. El caso es que en ocasiones hay que aguantarse.

Ese "es lo que hay" a veces suena relajante, porque sí es verdad que en algunos momentos no podemos hacer nada (si llueve siete días sin parar, lo mejor es tomárselo con buen humor y salir a pisar charcos).

Y como estamos con prisas, hoy toca un bizcocho exprés de café (que no un bizcocho de café exprés).

Ingredientes (Para dos personas. Sale un bizcocho pequeñín)

  • 75 gr de azúcar
  • 50 gr de mantequilla
  • 13 gr de café soluble (yo utilizo descafeinado)
  • 1 cucharada de licor de café (o brandy)
  • 1 huevo
  • 38 gr de nueces picadas
  • 50 gr de harina
  • 1 cucharadita de levadura

Para la crema de café

  • 1 cucharadita de postre de café soluble (descafeinado)
  • 2 cucharaditas de postre de nata líquida de montar
  • 4 cucharadas soperas de leche condensada

¿Cómo se hace?

Mezclamos la mantequilla blanda con el azúcar, el café soluble y el licor.

Añadimos el huevo, las nueces, la harina y la levadura.

Batimos muy bien con las varillas.

Lo ponemos en un recipiente cubierto con papel de horno y lo metemos sólo 3 mn en el microondas. Sí, sí, 3 mn. Tenemos prisa: es lo que hay.

La salsa se hace mezclando todos los ingredientes y batiendo con una cucharilla hasta que el café se integre bien. Puede utilizarse fría o caliente, como más os guste.


Podéis adornar con azúcar glass y tomarlo templado. Sin esperar a que se enfríe. Está delicioso.

El bizcocho tiene un sabor intenso a café, que junto con la salsita recuerda mucho a un café bombón.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Chipirones con cebolla

Redacción en el primer día de cole

"Hoy es el primer día de curso y como todos los años la "seño" nos ha pedido que hagamos una redacción sobre las vacaciones. A mí esto siempre me da mucha rabia, porque tengo que escribir mucho y luego nunca nos la devuelve. Yo creo que lo hace por cotillear un poco, y saber en qué hemos estado vagueando.
Allá voy.

Mis vacaciones

En estas vacaciones hemos ido a la playa, como siempre. A mis padres les gusta mucho y a nosotras también, porque podemos bañarnos todo el rato y jugar con la arena y con nuestros amigos.
Somos un poco pesados con eso de la playa, porque fuimos hasta en días de lluvia.


Pero no nos importó. Cogimos la tabla y nos encontramos cara a cara con la tormenta.

Otros días más fríos los dedicamos a pensar y relajarnos un poco. Eso dice mi madre, yo digo aburrirnos.


En algunas playas daban ganas de echarse a volar, tan llenas de sol, con aguas transparentes.

La playa estaba casi vacía, porque sólo los valientes como nosotros se atreven a ir en un día que amanece nublado. No se dan cuenta de que el sol está ahí detrás de las nubes y en cualquier momento puede aparecer.

También nos gusta saltar olas, porque parece que estamos caminando sobre las aguas. Con el ruido del mar y el viento dándonos en la cara se siente uno un poco loco, pero nos lo pasamos fenomenal.
Todo este lío playero da mucha hambre, así que de vez en cuando hay que parar para comer.
Nos gustan los chipirones, que también vienen del mar.

Seño: como ya sé que le gustan, le pongo la receta que me ha dado mi madre para que no me la pregunte luego.
Ingredientes (para dos o tres personas)
  • Chipirones limpios.
  • 1 diente de ajo
  • 1 cebolla
  • Sal
  • 1 cucharada grande de azúcar
  • 1 hoja de laurel
  • 1/2 vasito de vino blanco bueno (yo uso un Godello de Valdeorras)
  • Aceite de oliva virgen
¿Cómo se hace?
Ponemos un chorretón de aceite en una olla rápida. Aplastasmos un poco el diente de ajo y lo echamos en el aceite caliente. A continuación la cebolla picada no muy gruesa. Dejamos que se poche a fuego medio.
Cuando ya vemos que se ha ablandado un poco le ponemos el azúcar. Removemos y esperamos un par de minutos. Añadimos la hoja de laurel y a continuación los chipirones. Cuando añadas los chipirones el aceite debe estar bastante caliente. Dejamos que se doren un minuto.
Ponemos sal y regamos con el vino.
Removemos un poco y cerramos la olla. En 15 mn estarán hechos.
Tienen un dulzor que con el sabor de los chipirones va de maravilla.
Podemos acompañar con patatas fritas, arroz blanco o con pan, para mojar en la salsa, que está buenísima.


Después de reponer fuerzas volvemos a la playa, y como tenemos que esperar a que nos haga la digestión, pues buscamos conchas para coleccionar


o hacemos un castillo.


Además de ir a la playa también hemos hecho otras cosas. Como andar muuuuuucho en bici,


o cruzar puentes escondidos en bosques encantados.

Seguro que hice muchas más cosas, pero esto es de lo que más me acuerdo.


¡Ah! También jugamos a peleas con mi padre, que él creía que iba a descansar en vacaciones, pero allí estábamos nosotras para impedírselo.

Fin"

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Brownie de avellana

Principio y fin
Se acaban el verano y las vacaciones. Hemos tenido tiempo para disfrutar de momentos tranquilos.
Miramos por la ventana de una casa, sostenida por la fuerza y la unión de sus ocupantes.
Nos reunimos con la familia, dándonos cuenta de lo importante que es compartir todos los momentos con la gente que tenemos cerca y que ayuda a soportar las pérdidas.
Tomamos unas cervecitas en las mil y una terrazas del malecón.

Paseamos por pueblos rejuvenecidos, que albergaban recuerdos a los que hemos añadido otros mejores.

Celebramos el décimo aniversario en un precioso hotel con vistas al río Arnoia.

Subimos y bajamos puentes imposibles...
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El tiempo pasa deprisa, dando la impresión de que no disfrutamos lo suficiente de las cosas o de que podríamos haber hecho aún mas.
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"La felicidad consiste en saber unir el final con el principio" Pitágoras.
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El fin de algo supone el inicio de otras cosas, desconocidas, quizá mejores.
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Ingredientes
  • 200 gr de avellanas
  • 175 gr de azúcar
  • 250 gr de chocolate fondant
  • 100 ml de leche
  • 4 huevos
¿Cómo se hace?
Precalentar el horno a 180 º.
Triturar las avellanas, dejando algún trocito más grueso.
Mezclar con el azúcar.
Fundir el chocolate fondant sin que se queme y añadirlo a la mezcla anterior.
Calentar un poco la leche y añadir sobre el conjunto de chocolate, azúcar y avellanas. Mezclar.
Batir los huevos y mezclarlo con lo anterior.
Colocar un papel de horno en un recipiente cuadrado y no muy alto.
Verter el contenido sin que alcance un grosor de más de dos dedos.
Hornear durante 20 mn.
El resultado es delicioso. Un brownie sin mantequilla, y que resulta mucho menos graso que los habituales. Con un sabor intenso a chocolate y una corteza crujiente.
Se puede trocear en cuadraditos y congelarlo, para llevarlo contigo en las excursiones o sacarlo cuando lleguen visitas inesperadas.
Queda muy bien con un contraste agridulce, compota de manzana, helado o con crema fresca.
La receta original la podéis encontrar aquí. Puedes tomarlo en cualquier parte. Sentarte mirando el río o a quien tengas más cerca.