jueves, 16 de septiembre de 2010

Bocaditos de calabaza y almendra



Ingredientes
  • 300 gr de calabaza cocida, muy bien escurrida y hecha puré
  • 150 gr de azúcar
  • 3 huevos grandes
  • 100 gr de mantequilla en pomada
  • Zumo de 1 naranja (3/4 de un vaso más o menos)
  • 100 gr de harina
  • 100 gr de almendra molida
  • 2 papelillos dobles de gasificante (Mercadona)
  • Azúcar glass

¿Cómo se hace?
  1. Batimos los huevos con el azúcar hasta espumar.
  2. Añadimos la mantequilla y batimos de nuevo.
  3. Añadir calabaza y volver a batir.
  4. Añadir el zumo y batir de nuevo.
  5. Añadimos la almendra y mezclamos, con varillas o ya manualmente.
  6. Por último, mezclamos los gasificantes con la harina y esto lo añadimos a la mezcla anterior. Removemos hasta que esté bien mezclado.
  7. En un recipiente de horno, cubierto con papel vegetal vertemos este preparado.
  8. Horneamos a 200º durante 15 mn y bajamos a 170º, dejándolo así unos 30 mn más.
  9. No hay que olvidarse de vigilar. Los hornos son impredecibles.
  10. Espolvoreamos con azúcar glass en el momento de servir.Una vez fría se puede partir en pequeños bocaditos. Quedan jugosos y dulces.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Lacitos de hojaldre y leche condensada

Forever young




De pronto se abrió una ventana en su frente, y una brisa fuerte barrió por dentro su cabeza. Se llevó de golpe todas las telarañas que ni siquiera sabía que estuvieran allí. Entró la luz de los recuerdos y vivencias primeras. Y sintió que tenía 17 años.
Entendió porqué en la adolescencia creas tu propia realidad.
Entonces se viven en carne propia y nueva, esas experiencias que parece que no pudieran ocurrir más que una vez.
Con una intensidad tan arrolladora que apenas te deja respirar.

Recordó la emoción del primer amo
r, el primer beso, torpe, robado en la penumbra del atardecer, el corazón acelerado en la garganta, las piernas temblando, la necesidad de mirar una fotografía cada 5 mn.
La música de fondo, lo llenaba todo.
Ya no tenía 40 años. Era joven para siempre.

¡Qué patético!. ¿Verdad?
Sin embargo no puede dejar de pensar en ello. Mira las imágenes casi sin color, una y otra vez.
Escucha la música y se deja llevar.


Es la vida que la recorre por dentro.

Ingredientes

  • Una lámina de hojaldre fresca, no congelada (la del Lidl está bien)
  • Leche condensada (lo que consideréis oportuno)
  • Miel. Una cucharada más o menos
  • Un chorrito de agua
  • Azúcar glass

¿Cómo se hace?

Se abre la lámina de hojaldre. Se pincela toda la superficie con leche condensada y miel a partes iguales.
Se pliega sobre si misma y se recortan rectángulos de un dedo de grosor más o menos. Yo lo hago con el corta-pizzas. Cada uno de estos rectángulos los volvemos a pintar , esta vez con leche condensada nada más.
Los retorcemos un poquito. O sea los giramos, le damos una vuelta o dos sobre sí mismos. Los colocamos sobre un papel vegetal en la placa de horno.
Horneamos a 180º hasta que se vean dorados.
Sacamos del horno. Sin que se enfríen los despegamos del papel con una paleta. Estarán blanditos. Hay que tener cuidado. Después se endurecerán al enfriar.
Los colocamos sobre una rejilla y los volvemos a pintar de nuevo con una mezcla de leche condensada, miel y agua. Espolvoreamos con azúcar glass abundantemente.

Estoy de vuelta tras las vacaciones.
Hay una frase de Pitágoras que dice: "la felicidad consiste en saber unir el final con el principio".
Espero que sea así.
Cambiar es muy importante. Evolucionar. Lo que se deja atrás tendremos que unirlo con lo que comienza.Las vacaciones me han traído cambios. He pensado y sentido cosas nuevas. Olvidadas, más bien.
Y creo que el final de las vacaciones traerá más cambios aún. Ya veremos.