Vacaciones y promesas
Los viajes son promesas.
A veces se cumplen, a veces no, pero siempre transmiten una emoción, una espectativa de grandes descubrimientos y sensaciones.
Cuando esta entrada salga publicada estaré en París. He viajado poco, así que será mi primera vez en La ciudad de la luz.
Quiero hacer muchas fotos. Ya veremos.
Hay otros viajes.
Mis alumnos/as de 2º de Bachillerato de este año están de vacaciones. Justo antes de empezar un gran viaje: la mayoría serán universitarios en algo más de un mes.
Es un cambio importante en la vida de muchas personas. Te das cuenta más tarde. Cuando ya han pasado años, después de dejar la Universidad.
Para algunos va a suponer salir de casa, ir a otra comunidad, vivir con gente diferente, sufrir, con los exámenes, los profesores, la inmensidad de la materia, las injusticias, estar solo a veces...vivir experiencias nuevas, gente, fiestas, risas, ilusión por aprender, planes de futuro...
Son muchas cosas en poco tiempo.
Algunos de mis alumnos/as de este año dudaban seriamente qué escoger, dónde estudiar, condicionados por una pareja.
Uno de los dos se planteaba quedarse en la comunidad a la que pertenecen, el otro tendría que salir para estudiar lo que quería.
Me preguntaban a mí. Siempre dije lo mismo: es bueno salir, conocer otro lugar. Si dejas tus sueños tan pronto ¿cuándo piensas intentarlos?
Y si los estudios que escoges al quedarte no te satisfacen, ¿a quién vas a culpar?
Es verdad que hay parejas que se forman a los 16 y que perduran y se asientan. Pero también es cierto que en la mayoría de los casos no es así. En una pareja se deben respetar y comprender los deseos, intereses e ilusiones del otro.
Creo de verdad que 18 años no es una buena edad para empezar a hacer renuncias tan importantes.
Es bueno salir, viajar, conocer, sentir emociones nuevas, aprender de lo diferente, y que alejarse no es estar solo. Hay gente maravillosa en todas partes.
A todos mis alumnos. Que acierten de lleno en lo que elijan.
Feliz verano.
Ingredientes
A veces se cumplen, a veces no, pero siempre transmiten una emoción, una espectativa de grandes descubrimientos y sensaciones.
Cuando esta entrada salga publicada estaré en París. He viajado poco, así que será mi primera vez en La ciudad de la luz.
Quiero hacer muchas fotos. Ya veremos.
Hay otros viajes.
Mis alumnos/as de 2º de Bachillerato de este año están de vacaciones. Justo antes de empezar un gran viaje: la mayoría serán universitarios en algo más de un mes.
Es un cambio importante en la vida de muchas personas. Te das cuenta más tarde. Cuando ya han pasado años, después de dejar la Universidad.
Para algunos va a suponer salir de casa, ir a otra comunidad, vivir con gente diferente, sufrir, con los exámenes, los profesores, la inmensidad de la materia, las injusticias, estar solo a veces...vivir experiencias nuevas, gente, fiestas, risas, ilusión por aprender, planes de futuro...
Son muchas cosas en poco tiempo.
Algunos de mis alumnos/as de este año dudaban seriamente qué escoger, dónde estudiar, condicionados por una pareja.
Uno de los dos se planteaba quedarse en la comunidad a la que pertenecen, el otro tendría que salir para estudiar lo que quería.
Me preguntaban a mí. Siempre dije lo mismo: es bueno salir, conocer otro lugar. Si dejas tus sueños tan pronto ¿cuándo piensas intentarlos?
Y si los estudios que escoges al quedarte no te satisfacen, ¿a quién vas a culpar?
Es verdad que hay parejas que se forman a los 16 y que perduran y se asientan. Pero también es cierto que en la mayoría de los casos no es así. En una pareja se deben respetar y comprender los deseos, intereses e ilusiones del otro.
Creo de verdad que 18 años no es una buena edad para empezar a hacer renuncias tan importantes.
Es bueno salir, viajar, conocer, sentir emociones nuevas, aprender de lo diferente, y que alejarse no es estar solo. Hay gente maravillosa en todas partes.
A todos mis alumnos. Que acierten de lleno en lo que elijan.
Feliz verano.
Ingredientes
- 2 huevos
- 150 gr de azúcar
- 100 gr de aceite de girasol
- 100 ml de nata líquida para montar (35% MG)
- 100 gr de harina
- 100 gr de cacao (yo he utilizado colacao turbo. Si se utiliza cacao puro habrá de añadirse otros 50 gr de azúcar)
- 1/2 sobrecito de levadura (Royal, para hornear. No de panadero)
¿Cómo se hace?
- Ponemos el horno a calentara a 150º.
- Batimos el azúcar con los huevos hasta blanquear.
- Añadimos el aceite y segumos batiendo.
- Añadimos nata y batimos muy bien.
- Añadimos harina, cacao y levadura y batimos un poco, hasta integrarlo todo.
- Vertemos en un molde con papel de horno en la base y los lados.
- El grosor que me ha quedado a mí es de aproximadamente 2 dedos.
- Metemos al horno y dejamos unos 55 mn, y 5 mn más sin sacar del horno apagado.
- Sacamos. Queda una superficie muy crujiente y un interior húmedo y tierno, con un sabor intenso a cacao.
- Se puede comer caliente.
7 comentarios:
Una verdadera tentación¡ Un fuerte abrazo, Teresa
Me la quedo y porque no puedo tomar un buen pedazo, que si no...
Un saludo
vaya bizcocho bueno.hace con un cafetito?
Rico, rico, rico. Un trocito no vendría nada mal. Tiene un color y un aspecto delicioso.
Besos.
Os aseguro que este bizcocho, por llamarlo de alguna forma, es una sorpresa. La superficies es crujiente y el interior es muy húmedo. En casa ha encantado. Si no tenéis un verano muy caluroso, como está ocurriendo aquí en el norte, podéis animaros a poner el horno y me contáis.
Besos vacacioneros.
Me la he copiado con tu permiso.
¡Qué te guste!
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