Camuflando el pescado.
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A la mayoría de los niños que conozco no les gusta el pescado. Cuando algún padre me dice: "pues a mi hijo le encanta", me da una envidia tremenda. ¡Qué haría yo sin las varitas!
Me he dado cuenta de que en el apartado de "para niños" sólo tengo postres y pan. Pero es que a mis hijas es lo que más les gusta. No comen solo eso, claro. Comen de todo, incluyendo el pescado, pero casi siempre camuflado.
Así nació este plato. Intentando que parecieran las albóndigas de pollo que normalmente hacemos, con su mismo aspecto.
No tuve éxito.
Pero estaban tan buenas que las voy a repetir, y aquí os dejo la receta por si vosotros queréis intentarlo también.
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Ingredientes
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Para las albóndigas
- 1 envase de bacalao desmigado y desalado
- 1 huevo
- 2 rebanadas de pan de molde (su miga)
- 1/2 vaso de leche
- Pan rallado
- Harina para hacer las bolitas
Para la salsa
- 1 cebolla
- 2 pimientos asados
- 1 vaso de salsa de tomate (mejor casera)
- 2 cucharadas de salsa de pimientos choriceros
- Caldo de pescado
- 1 pizca de comino
- 1 pizca de cúrcuma
- 1 pizca de pimentón dulce
- Sal
- Pimienta
- Aceite de oliva virgen
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¿Cómo se hace?
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Yo hago la salsa en primer lugar: los pimientos asados suelo tenerlos congelados. Un día me pongo y aso 4-5 pimientos, los pelo y los congelo en tiras que me sirven para muchos platos diferentes y se conservan muy bien. Pero seguro que también sirven los botes de pimientos asados que hay en el mercado.
Troceo fina la cebolla y la pongo a pochar en una sartén con un chorro de aceite de oliva virgen. La calidad del aceite es fundamental, lo digo siempre.
Cuando ya está transparente, le añado los pimientos asados, las cucharadas de pimientos choriceros (se vende envasada en botes de cristal pequeñitos, en supermercados grandes o tiendas que tengan productos de calidad), la salsa de tomate, las especias y la sal . Dejo cocer esta salsa un par de minutos. La paso a un recipiente apropiado y la trituro, no muy fina, porque me gusta que tenga un poco de textura. La echamos ahora en la cazuela donde vayamos a cocinar las albóndigas.
Si la veis muy densa podéis añadirle un poco de caldo de pescado. Este caldo de pescado puede ser casero (yo tengo siempre congelado) o utilizar alguno de los envasados. No es lo mismo, pero es mejor que usar agua.
A continuación, mientras esta salsa reposa cerca del fuego, paso a hacer las albóndigas.
Hay quien dice que es muy laborioso y muy pesado. A mí me resulta relajante, la verdad.
En un robot de cocina, trituramos el bacalao bien escurrido, que suele venir ya sin espinas. Salamos ligeramente, le añadimos un huevo, la miga de pan y la leche.
Como queda bastante fluido yo añado un poco de pan rallado, hasta que adquiere una consistencia manejable para hacer las albóndigas.
En una taza pongo harina y voy dando forma en ella a las albóndigas, que como notaréis, son bastante blanditas.
En una taza pongo harina y voy dando forma en ella a las albóndigas, que como notaréis, son bastante blanditas.
Estas bolitas las pongo directamente en la salsa, que estará a fuego muy suave.
Las dejo que se hagan en la olla tapada, controlando que no se pegue la salsa. A través de la tapa, si es transparente, veremos cómo burbujea. Si no es transparente vuestra tapa, levantadla de vez en cuando.
Cuando ya están un poco hechas les doy la vuelta, una a una, con cuidado, porque son muy tiernas.
Depende del tamaño que les hayáis dado a las albóndigas tardarán más o menos. Pero con un tamaño medio, en 15-20 mn de fuego suave ya estarán.
Yo las he acompañado de unas patatas paisana sin más, que mezcladas con la salsa están riquísimas.
¡Qué aproveche!
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