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Desde que era pequeña me ha resultado muy difícil escoger.
Recuerdo aún con cierto desasosiego, que yo siempre quería la muñeca que tenía mi amiga. Y si nos la cambiábamos, seguía queriendo la suya. Y yo no entendía porqué.
Este sentimiento incomprensible recibió en mi cabeza al pasar el tiempo, un nombre: envidia. Llegué a la conclusión de que eso que yo sentía no era más que el deseo de poseer lo que el otro tenía, fuera lo que fuera.
Es un sentimiento desastroso. Te impide ver lo bueno de tus cosas y lo oculta bajo el deseo de poseer lo que tiene el otro, creyendo que lo suyo siempre es mejor.
No sé si esto es inherente a la naturaleza humana.
Los niños manifiestan muchas veces ese deseo de querer lo del otro. Por muchos juguetes que tengan, si aparece un niño con uno sólo, algo distinto, lo piden. Lo quieren, olvidando todo lo suyo.
Al pasar los años, las experiencias me han hecho ver que lo mío no es lo peor, sino al contrario.
He ido adquiriendo la capacidad de ver el valor de mis cosas, y con ello, la capacidad de disfrutarlas.
Creo que en eso consiste, en cierto modo, la capacidad de vivir.
El ansia constante por conseguir cosas que no tenemos, nos pone una venda en los ojos y nos impide ver lo importante.
Las cosas.
¡Qué poco importantes son las cosas!
Un coche nuevo,
la ropa a la última, de marca por supuesto,
esas deportivas con cámara de aire,
el abrigo que es impermeable y además transpira y además corta el viento,
ni una mota de polvo en casa,
ni un pelo fuera de su sitio,
ni un papel fuera de su archivador,
ni un juguete por el suelo,
ni una huella en la ventana...
¿Por qué no nos damos cuenta de que la ventana no vale nada si no tiene la huella de esa pequeña manita sobre ella?
¿Por que resulta tan difícil levantar los pies del suelo y mirarnos desde arriba, para ver que la mayoría de las cosas que nos ocupan el día son insignificantes?
Descubrir la esencia de la vida es muy difícil, y muy sencillo al mismo tiempo.
Voy a dejar lo que estoy haciendo ahora e iré a darle un abrazo a mis hijas, o dejaré que el sol caliente mi cara un momento.
Saldré a la calle y sentiré esas gotas de lluvia que anuncian el invierno. Dormiré con una mano en la mía, sintiendo su calor.
Escucharé el silencio que trae la noche, tranquila, mientras todos duermen.
Amanita muscaria
Río Muniellos
Atardecer en el bosque
Vista desde los apartamentos La Fonte
Hoy traigo una receta que intenta atrapar los últimos coletazos de las frutas veraniegas. Mermelada de melocotón de Calanda. Una delicia de fruta que sólo podemos consumir fresca en septiembre y octubre.
Para no echarla mucho de menos hasta el año que viene, podemos conservarla en almíbar o en mermelada.
- 800 gr de melocotón pelado y sin hueso
- 500 gr de azúcar
- zumo de 1 limón
¿Cómo se hace?
Los melocotones troceados se dejan reposar unas horas (6 horas más o menos) con el azúcar.
Soltarán su jugo.
Los melocotones, el azúcar y su jugo se cuecen unos 15 mn.
Se trituran con batidora y se vuelven al fuego hasta que espesen. Se añade el zumo de limón unos minutos antes de retirarlo del fuego.
A la hora de envasar es muy importante la esterilización.
Botes, tapas y utensilios que se usen (cucharón y pinzas para agarrar los botes y tapas) deben hervirse una media hora.
Cuando la mermelada ya esté, se sacará un bote de la olla de esterilización, se coloca sobre un paño limpio y se rellena inmediatamente con la mermelada. Se tapa enseguida y se aparta. Se rellenan así todos los botes.
Ahora deben introducirse de nuevo en la olla con agua hirviendo, teniendo cuidado de que el agua quede por debajo de las tapas. Cocer así al menos 15 mn más. Sacar y dejar enfriar.
Es una receta de Gastronomía & Cía
Se elabora en forma de Roscón.
Podéis ver la receta aquí.
Podéis ver la receta aquí.
No tenía avellanas, así que puse nueces.
Utilicé la mitad de todos los ingredientes. Aún así sale un roscón bastante grande.
La masa fue hecha a mano. No tengo Thermomix.
Y sólo hice un levado. Amasé y coloqué directamente en el molde de roscón. Lo dejé doblar su tamaño y lo horneé.
22 comentarios:
Chica, a estas horas de la mañana (7:15) me tomaría unas cuantas rodajitas de ese estupendo pan de pasas y unas buenas cucharadas de la maravillosa mermelada que has preparado.
Lástima que no vivas aquí al lado.
un saludo
Buenos días!Yo creo que en la sociedad actual se enseña a los niños a envidiar y no a disfrutar de lo que hay.
Qué buena pinta esa mermelada y que bonito el envase.
Habeis estado en Muniellos!Hay que pedir cita para poder entrar,no?No he estado nunca pero tengo ganas.
Un saludo
hola,yo tambien me llevo unas cucharaditas de la mermelada y si me dejas una par de rebanadas,pues mejor,jeje..saludines
La mermelada de melocotón tiene una pinta deliciosa Esperanza, pero lo que más me ha gustado hoy ha sido la reflexión... y no podría estar más de acuerdo.
Un beso enorme, para ti, y para las manitas de la ventana ;)
Laura.
A ver....por partes.
Estaba yo toda emocionada porque del listado que proponías yo pasaba olimpicamente, me refiero a la ropa de marca, el coche, las deportivas....pero vale, lo reconozco cuando he leído lo del orden y la mota de polvo...,ahí me he sentido un pelín reflejada.
Me has removido "mis adentros" y me has hecho pensar.Que bien mirado no está nada mal.
Respecto a los melocotones...me encantan pero los últimos fueron tan malos que no los volví a comprar. Me quedo con la receta , nunca se sabe.
Un abrazo,
María José
He puesto en mi blog la rectea de tus panecillos para hamburguesa, es que salen estupendos, he puesto en ella un enlace a tu blog, espero que no te importe, un saludo
Que delicia de post y que delicia de recetas. Todo muy dulce.
Bicos mil preciosa
Esperanza, te he leído con detención y primero quiero decirte que has sido valiente en reconocer un sentimiento que muchos intentan ocultar pero que se le sale por los poros, la envidia. Bueno, era de chiquita pero de todas maneras nadie lo acepta.
Segundo, decirte que todos esos por qués me los hice yo hace un tiempo y fué gracias a mi nueva pareja quien me ha mostrado el lado simple y hermoso de la vida, he aprendido a descubrir pequeños detalles y no ha fijarme en tonteras materiales insignificantes.
Hermoso todo lo que has escrito.
La mermelada tiene un color envidiable, no conozco ese tipo de melocotones, de hecho me llamó la atención que publicaras una receta de esa fruta en este tiempo, ya entiendo.
El pan de pasas lo acabo de anotar y lo voy a probar, me parece excelente que hayas comentado que has hecho la mitad y te dió una buena cantidad, ademas de los datos para congelarlo.
Estupendo todo. Besos y gracias.
Hola Pilar: lástima que no vivamos más cerca. Te llevaría encantada unas cuantas rebanadas.
Un saludo.
Hola María: Gracias por tus elogios.
Sí. Hemos tenido la suerte de visitar Muniellos. Tuvimos que reservar para poder entrar. Sólo 20personas pueden visitar el bosque cada día. Las solicitudes para todo el año 2010 se pueden hacer a partir del 15 de Diciembre.
En ese bosque inmenso de robles, hayas, arces y mucho más, se siente uno un privilegiado, por poder pisarlo casi en soledad.
La ruta es preciosa. Son 20 km, aunque nosotros con las niñas no pudimos hacerla entera. Ahora en otoño estaba espectacular. Las fotos no lo captan, qué va.
Anímate. Te encantará.
Un saludo.
Hola tocaya ;-) (Espe). Pues yo encantada de que te lleves un poco de todo.
Besos.
Gracias Laura. Transmito tus besos a la protagonista de las manitas y responsable de que estén por todas las ventanas de la casa.
Creo que me has entendido muy bien. Muchos besos.
Hola Maria José: creo que la rapidez con que nos vemos obligados a vivir hoy, impide que nos paremos reflexionar. El día a día exige decisiones y acciones inmediatas para que todo siga funcionando.
Pero a veces uno cae enfermo, por ejemplo, y de pronto se para y piensa (entonces sí que tiene tiempo). Es en ese momento cuando a mucha gente le cambia la forma de ver el mundo y la vida.
Los mejores melocotones de Calanda yo los he encontrado en Octubre. Son de carne anaranjada y dura, con un sabor dulce fantástico.
Valen la pena. En casa nos gustan mucho.
Besos. Ah! Yo me paso horas limpiando. Tengo una niña alérgica al polvo.
Hola María (otra vez):
no sólo no me importa, si no que me encanta que hayas hecho los panecillos y te hayan gustado. Y que los hayas subido a tu blog me parece estupendo. Por cierto, te han quedado fenómeno.
Besos y te visitaré, a ver que maravillas tienes en tu cocina.
Muchas gracias Caldebarcos. Me alegro de que te hayan gustado todas las cosas.
Biquiños.
Kako: me alegro de que te hyan gustado las reflexiones y las recetas. El ansia por querer lo que no tenemos está presente en todo el mundo. Si es demasiado fuerte anula la percepción de lo propio.
Pero tampoco está bien que desaparezca, porque el conformismo también es malo. El querer conseguir lo que nos falta es un motor muy potente y que mueve el mundo.
Lo difícil es encontrar el término medio y saber qué es lo importante y qué no.
Ya me contarás qué te parece el pan.
Besos.
Esperanza.
Bonita entrada, bonitas fotos y estupendas recetas, me apunto las dos que vaya pinta que tienen y el hambre que me has despertao pa merendar jaja
Un besito
Tienes razón la envidia no es buena consejera, y como dice la madre de una amiga mía la envidia buena no existe.
Mira yo al ver ese pan de pasas e imaginarmelo calentito con mantequilla y esa mermelada siento envidia. Je, je...
Hola Marymary: gracias por tus palabras. Espero que te gusten las dos cosas si las pruebas.
Besos.
Marilu: pues si existe una envidia buena, es la que tú sientes ahora.
Besos.
Esperanza.
Esperanza, quiero decirte que el pan lo hice como bollitos y lo comimos al desayuno del sábado. Gracias por esta delicia, repetiremos bien a menudo.
kako.
Kako! no sabes la ilusión que me hace que te haya gustado ;-)
Un beso.
Esperanza.
Anda que has dicho poco. Pan de pasas, que es uno de mis favoritos y mermelada de melocotón de Calanda, que estoy segura que no hay mejor melocotón. La combinación tiene que ser para tirar cohetes.
Te felicito.
Besitos sin gluten.
Gracias Zerogluten. Estaban buenas las dos cosas. En la mermelada se conservó totalmente el sabor típico de los melocotones de Calanda.
Besos.
Esperanza.
Con melocotones de Calanda, solo pueden salir cosas muy buenas... ;-)
Besitos wapa!! Me la apunto eh..!
Qué buena combinación y fantástico te ha quedado el roscón, nos alegra mucho que lo hayas disfrutado.
Saludos
Hola Anica! Es verdad que está muy rica. Besos para ti también
Gastronomíaycia: gracias por vuestras palabras y por todas las magníficas recetas que nos ofrecéis para disfrutar.
Esperanza.
Hola Anta. Verás, como tú, soy muy aficionada a la cocina. Cuando viajo suelo probar la comida típica de cada lugar para poder tener el placer de saborear los productos propios de la tierra. Estuve en Asturias hace poco y como loca busqué las verdinas; me habían dicho lo finas y sabrosas que eran y no quería irme sin llevarmelas. Me dirigia al mercado del Fontan, en el casco antiguo de la ciudad, cuando me tropecé con una pequeña tienda donde tenían varias variedades. Compré las verdinas, las fabes y una de tamaño gigante, muy parecida al "garrafón" pero fresca, no necesita remojo. Esta mañana he cocido las verdinas de la manera más ortodoxa posible y ahí las tengo preciosas y enteritas. Compré ayer las almejas, pues quíero hacerlas con ese marisco que me encanta y que creo que acompañará a las verdinas mucho más que un chorizo que "enmascara más el sabor. He entrado en internet para ver si veía alguna otra manera de cocinarlas porque aún me quedan 1 kg y medio más y he dado con tu Blog. He visto las fotografías de Asturias, imagino que a ti también te encantará esa tierra. yo, por razones personales, le tengo un inmenso cariño y admiración. Me gusta la tierra, su gente, la gastronomía... Tengo un enlace con una cofradia del cachopo asturiana. Hice uno, que tengo en el Blog y a través de eso contacte con ellos. Por supuesto la fabada también está y hoy voy a postear las verdinas. Haré referencia a tu Blog, aunque voy a cambiar la receta ligeramente, primero porque creo que es una norma de cortesia que no debemos olvidar y luego porque me encantan tus recetas. Un saludo
Bluelady: gracias por tus palabras. Vivo aquí hace pocos años y en esta tierra como tu dices hay cosas maravillosas. Aparte de la gastronomía. Lo del cachopo es algo que conozco por referencias en la prensa y es algo que comentamos muchas veces cuando salimos a comer, porque entre los amigos los hay verdaderos apasionados por este plato. Y hay enormes diferenciaas de unos a otros. Visitaré tu blog en cuanto tenga unos minutos, porque ya ves qué desastre ultimente, ni actualizo, ni contesto ni nada. Estoy descolocada ultimamente.
Gracias y besos.
Esperanza.
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