jueves, 17 de diciembre de 2009

Roscón de Reyes (muy fácil)


Mi Navidad
Cuando yo era pequeña vivía en un pueblo, mejor dicho, un poblado, en el que habitaban sólo trece familias.

Era un poblado de trabajadores de una central eléctrica. Sus casas fueron construidas expresamente para ellos y sus familias, que vinieron de muchos pueblos cercanos.

El poblado nació con la central y por tanto con la inundación del valle y de uno de esos pueblos. En muchas personas del lugar vivía, y aún vive, la nostalgia por ese pueblo perdido y los recuerdos que quedaron ahogados bajo el pantano.

Cuando yo nací ya estaba la presa y su embalse construídos y las familias nuevas asentadas en el lugar. Nunca vi el valle en su estado original más que en fotografías, y el pueblo siempre estuvo en mi memoria acompañado del embalse.

Mis primeros 12 años los pasé allí, en esa montaña perdida de Orense. Sin viajes, ni vacaciones a la playa, ni televisión en los primeros años, casi sin teléfono...

Teníamos la naturaleza, todo el día en la calle.

Correr y jugar.

Recuerdo el calor del verano, el olor de las flores y los pinos, los paseos a la fuente a por agua, con el botijo blanco, en las noches de agosto. La sensación de pasear entre castaños en el otoño, con el suelo húmedo y el sol bajo, las brasas que asaban las castañas y las cenizas con las que nos pintábamos la cara. El sonido de la llave en la puerta de la escuela, cuando abría la maestra .
Y la Navidad.

En uno de los pinos grandes que había al lado de nuestras casas, se colocaban luces de colores y adornos gigantes. Se veía lucir a km de distancia cuando te alejabas por la carretera o cuando volvías. Y si nevaba, la sensación era aún más fuerte. Era Navidad.

Un pequeño Nacimiento en casa y el espumillón brillante. Mucho frío y salir a jugar a la calle. Turrones y poco más.

Es ese árbol enorme, con sus luces lo que más recuerdo.

No había Reyes Magos en casa y, por supuesto tampoco Papá Noel. Aunque sí había algún regalo.

Cuando ahora salimos con las niñas a ver las luces, intento tener esa sensación tan agradable que me llenaba entonces. No lo consigo.

Sólo se aproxima un poco cuando nos reunimos toda la familia en Nochebuena o Navidad y vemos las caras de los peques con todo el lío que se monta en casa. Los ojos tan abiertos cuando amanece el día 25 lleno de regalos bajo el árbol.

No podemos estar juntos en el día de Reyes, así que el día de Navidad es el más importante para la familia.

En mi casa nunca se comió Roscón. Lo descubrí ya de mayor. Ya estaba trabajando en Madrid cuando lo comí la primera vez. Me gustó mucho. Íbamos todos los años a la confitería La china en la plaza de la Beata Mª Ana de Jesús. Unas colas enormes y unos roscones muy ricos.

Hace ya siete años que me fui de allí. No sé si siguen haciéndolos. Seguro que hay otros lugares más famosos y de renombre, que tendrán roscones estupendos, pero es que la Arganzuela era mi barrio.

Este que veis en las fotos, creciendo en el horno, es mi primer Roscón de Reyes. Y no será el último. Siempre que buscaba la forma de hacerlo, lo que encontraba eran recetas muy laboriosas y con muchos levados y amasados. Para mí imposible, por falta de tiempo.

Mi primer roscón es rápido, fácil, esponjoso y muy tierno. Una auténtica sorpresa. Dentro podéis poner vosotros lo que queráis.
Ingredientes
  • 275 gr de harina de fuerza
  • 15 gr de leche en polvo
  • 50 gr de azúcar
  • 4 ó 5 gr de sal
  • 2 huevos tirando a grandes
  • 10 gr de miel
  • 1 cucharadita de esencia de limón
  • 15- 20 gr de levadura fresca
  • 25 ml de agua
  • 20 ml de un buen ron
  • 10 ml de agua de azahar
  • 105 gr de mantequilla

Para adornar

  • Frutas escarchadas
  • Azúcar más agua
  • Huevo batido
¿Cómo se hace?

Ponemos en un cuenco la harina, la leche en polvo y el azúcar.

En un vaso batidor la sal, los huevos, la miel, la esencia de limón, el agua, el ron, el agua de azhar y la mantequilla derretida. Batimos con varillas. Añadimos la levadura y volvemos a batir hasta que esté disuelta.

Esta mezcla la volcamos sobre la harina con leche en polvo y azúcar y removemos con cuchara de madera. Amasamos unos minutos hasta tener una masa manejable, durante 3- 5 mn. Si hace falta un poco más de harina se puede espolvorear.

A esta masa le hacemos con la mano o el puño un agujero en el centro y damos forma de aro. El agujero ha de ser bastante grande, porque después al levar, va a crecer mucho y si es pequeño lo cerrará.

Ponemos este aro sobre papel de horno en la bandeja donde lo vayamos a hornear, tapado con un paño ligero y bien limpio. Dejamos que repose en el horno apagado unas horas. Yo lo dejé 5 horas.

Habrá duplicado su tamaño.

Lo sacamos. Pintamos con huevo batido.

Adornamos con frutas escarchadas y azúcar humedecido con un poquito de agua (poca).

Con el horno a 200º durante 20 mn, los últimos 5 cubierto con papel de aluminio, os quedará como el mío (cada horno es distinto; hay que vigilar).
Es tierno y esponjoso. Se puede rellenar de nata, trufa o tomarlo tal cual.


¡¡¡Feliz Navidad!!!

viernes, 11 de diciembre de 2009

Crumble de fresas

Primavera en invierno
Ya sé que no estamos en temporada de fresas. Para eso hay que esperar a que llegue la primavera. Pero seguro que ya las habéis visto en muchos supermercados y fruterías.
Quizá no todos los días, pero sí puntualmente, aparecen en días próximos a la Navidad.

El precio es algo más elvado que en temporada (a 4 euros las he visto yo), pero del sabor no hay nada que decir, es estupendo. Alguna vez he preguntado de dónde venían estas fresas. Yo esperaba como respuesta el nombre de algún país exótico. Pero no. Me dicen que vienen de Huelva.
La verdad es que teniendo en cuenta que existen unas 1000 variedades de fresas, alguna habrá que se adapte a las temperaturas y horas de sol de este Otoño-Invierno.
En estas fechas casi todos cometemos algún exceso. Mucha comida, mucha bebida, muchos regalos... todo porque las calles están llenas de luces de colores y se cantan villancicos.
Para suavizar estos excesos (turrones, mazapanes, polvorones, panetones, roscones regios...y demás) se me ocurrió poner este postrecito. Además se toma templado o caliente, cosa que apetece ahora más que en primavera o verano. Y sobre todo está riquísimo y es muy fácil.

Ingredientes
  • 425 gr de fresas cortadas en rodajas gruesas
  • 90 gr de azúcar
  • 40 gr de harina
  • 20 gr de almendra en cubitos
  • 10 gr de avena en copos
  • 30 gr de mantequilla blanda (algo más para el molde)
  • Pizca de canela


¿Cómo se hace?
Se ponen las fresas con 50 gr de azúcar 30 mn.
Se unta con mantequilla un molde apto para horno.
Vertemos en él las fresas sin el jugo. Se puede guardar para otra preparación.
En un cuenco aparte ponemos la harina, la almendra, la avena, 40 gr de azúcar, la canela y la mantequilla.
Mezclamos con las manos hasta conseguir unas migas.
Se coloca esto sobre las fresas.
Metemos al horno a 190º durante 25-35 mn.
La superficie debe quedar doradita.
Se sirve caliente acompañado de algo frío, como nata (en mi caso), helado de nata, de vainilla...

jueves, 3 de diciembre de 2009

Marquesas mini

Llega la Navidad

Estos últimos días (semanas) he ido viendo en otros blogs recetas que preparan la Navidad. Yo pensaba esperar y publicarlas justo para las fechas navideñas, pero he cambiado de opinión. Quizá haya álguien que quiera ensayar alguna receta casera, para tenerlo todo listo en esos días tan ajetreados.

En casa nos gustan todos los dulces navideños, y los echamos mucho de menos el resto del año.
Uno de los que más tomamos son las marquesas.

Pensé en hacerlas yo y me puse a buscar recetas en la red. Algo encontré (poco). Pero la receta que me parecía más fiable y fiel al original me resultó un poco seca.

Así que empecé a hacer pruebas hasta que conseguí el sabor y la textura un poco húmeda de las marquesas que siempre he comido y que más me gustan.

Los papeles cuadrados en los que siempre vemos las marquesas no los encontré. Así que usé los moldes en los que normalmente se colocan las trufas. Dan unas mini-marquesas de bocado o bocado y medio, estupendos para poder comerse tres ó cuatro sin temor a pasarse.

Ingredientes
  • 100 gr de almendra cruda molida
  • 66 gr de azúcar glass
  • 1 huevo grande
  • 20 gr de maicena
  • 1 cucharadita (de café) de levadura
  • 1/2 cucharadita de esencia de limón
  • 50 gr de crema de almendras (de venta en Mercadona)
  • 15 gr de mantequilla
  • Azúcar glass para espolvorear
¿ Cómo se hace?

La almendra molida se pone al fuego en una sartén para que se tueste un poco. Debe hacerse removiendo constantemente, a fuego medio y cuidando de que no se queme. Al empezar a notar el olor de la almendra tostada es cuando hemos de tener más cuidado. Antes de que tome color dorado hay que retirarla del fuego, e incluso ahí seguir removiendo hasta que la sartén ha perdido el calor. También podemos sacarla de la sartén a un plato y así evitaremos que se nos queme. Si se quema el sabor será muy amargo y habrá que volver a empezar. Este proceso es muy rápido. No nos llevará más de 5 mn. Reservamos.

Mezclamos huevos con azúcar y levadura. Batir con varillas muy bien.
Añadir la maicena y la esencia de limón y batir. Añadir la mantequilla derretida y la crema de almendras y volver a batir.

A esta mezcla le añadimos la almendra molida y mezclamos con cuidado con una paleta o con cuchara.
En los moldes de trufa ponemos una cucharadita de postre de esta mezcla.

Metemos en horno ya caliente a 180º durante 10 mn, con calor arriba y abajo.

Sacamos la bandeja del horno y con ayuda de unas pinzas de cocina como éstas o parecidas, las sacamos de la bandeja, para que no se sigan cocinando y no se queme el fondo de las marquesas.

Las notaréis muy blanditas, pero adquirirán consistencia cuando se enfríen.

Una vez frías se espolvorean abundantemente con azúcar glass.
Ya veis lo jugosas que quedan.

Se nota la cremosidad de la almendra al morder.
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Están muy ricas y aguantan perfectamente unos días en un envase cerrado.