¿Has hecho algún postre para hoy?
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Esta es una pregunta que muchas veces me hacen mis hijas cuando llegan a casa después del cole.
Siempre esperan un sí, porque es algo que les sirve de aliciente para tomarse con ganas la comida.
Las mamás que tienen niños que comen de todo y en buena cantidad, no saben lo que es pelear todos los días con un niño inapetente. Que el niño coma, se convierte muchas veces en una obsesión.
Todo el mundo lo pasa mal.
El niño, el primero. No tiene hambre, o no le gusta la comida, y sin embargo se la tiene que comer.
Después, la mamá. Tiene que conseguir que su hijo coma, al menos unas cuantas cucharadas. En el camino se enfadará, se agobiará, a veces le entrarán ganas de llorar y por último se sentirá culpable por haber perdido la paciencia.
Los que nunca se han enfrentado a esta situación, suelen aconsejar dejar al niño en paz. "Si no come es que no tiene hambre". Parece razonable.
Pero hay niños que no desayunan, y aún así no tienen hambre en la comida, y tampoco en la merienda o en la cena.
No es posible estar tranquilo si el niño no ha comido en todo el día, y más si es un bebé. Piensas que le ocurre algo y empieza el agobio por que coma.
Conozco niños que han comido mal hasta la adolescencia. Estoy convencida de que algunos, nunca tienen hambre.
Mis hijas nunca han comido bien ni en grandes cantidades, y por supuesto, no comen de todo.
A medida que crecen la cosa mejora, pero aún hay comidas que para ellas son ¡puaj!
Por ejemplo: fideua, paella, pescado en casi todas sus variedades, ensaladas variadas, algunas cremas de verduras, pulpo, calmares en su tinta, mejillones, lasagna... la lista es larga.
¿Qué comen?. Pues purés de verduras con carne, macarrones con tomate, albóndigas, filetes con patatas, tortillas variadas, varitas de pescado, pizzas con múltiples rellenos, tomate sin aliñar, frutas variadas, hamburguesa, calamares fritos, sopa... Sí que comen.
Tienen una alimentación variada, aunque me gustaría que lo fuera más.
Estos alimentos los hemos ido transformando en casa hasta conseguir que fueran lo más sanos posible. Las hamburguesas son caseras, poca grasa. Las pizzas también las hacemos nosotros, y además es divertido amasar. También el pan. La salsa de tomate también es hecha en casa.
En fin, hacemos lo posible para que su alimentación lleve todos los nutrientes, incorporados de una u otra forma.
Si hay algo que a mis hijas les gusta son los postres. Fijaos en la etiqueta "Para niños". Casi todo son postres.
A veces no les gusta la comida, pero si hay un postre apetecible, se la comen más rápido para llegar antes a eso que sí les gusta.
La tarta de hoy es un buen complemento a una comida ligera. Lleva almendra, azúcar, huevos y zumo de lima. Es energética y saludable. Y mis pequeñas expertas dicen que está rica.
Ingredientes (Para un molde pequeño, de unos 15 cm de diámetro)
53 gr de zumo de lima (aproximadamente el zumo de dos limas)
83 gr de azúcar
100 gr de huevo (son 2 huevos pequeños más o menos)
83 gr de mantequilla
1 hoja de gelatina (son apenas 2 gr)
Para la tarta de almendra
¿Cómo se hace?
Preparamos la crema de lima de la siguiente forma:
Mezclamos el zumo de lima con los huevos y el azúcar y lo ponemos a calentar, sin que llegue a hervir.
Hidratamos la gelatina en un poco de agua fría.
Cuando la mezcla de zumo, azúcar y huevos está caliente, disolvemos en ella la hoja de gelatina hidratada.
Dejamos enfriar un poco y añadimos la margarina reblandecida.
Pasamos por un colador, por si ha quedado algún trocito de gelatina.
Calentamos a fuego suave hasta que llegue casi a hervir.
El objetivo es que el huevo quede bien cocinado (una de mis peques es alérgica al huevo crudo).
Mientras se enfría, hacemos la tarta de almendra.
Precalentamos el horno a 180º.
Mezclamos el azúcar con las yemas y batimos con varillas hasta que blanqueen.
Añadimos la almendra molida y mezclamos.
Añadimos la margarina blanda y mezclamos. Queda una pasta bastante densa.
Montamos las claras y lo añadimos a lo anterior, mezclando suavemente con una espátula, hasta que queden bien incorporadas y la mezcla sea homogénea.
Ponemos un poco de papel de horno en la base del molde y volcamos la mezcla.
Cubrimos con la almendra cruda en láminas.
Lo metemos en el horno, con fuego sólo por abajo, hasta que esté cuajado (unos 25 mn en mi horno).
Estará hecho cuando al pinchar, el palillo salga limpio.
Dejamos templar y desmoldamos con cuidado para no tirar las almendras de la superficie.
Montamos la tarta.
Tenemos que partir esta tarta de almendra en dos capas. Como antes, con cuidado de no volcar las almendras.
En la parte de abajo hacemos un surco alrededor y vaciamos con ayuda de una cuchara, un cortapizzas o como podáis.
.(Los recortes que se van sacando se los van llevando los pequeños buitrecillos que revolotean por la cocina). En este hueco pondremos la crema de lima,
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que así no se desbordará al cubrir con la tapa. .
Cubrimos con la tapa.
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Podemos espolvorear con azúcar glass
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o no. Dejamos enfriar completamente.
Este corte fue hecho con la tarta aún tibia.
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Yo la he guardado en la nevera. Adquiere consistencia y el corte es más limpio.
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Salud y buenos alimentos. Que paséis un buen fin de semana.
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Espero que tengáis sol.